Periodista Digital.- Media hora seguida, al menos tres días a la semanba. Es el ideal de tiempo caminado para mantener una salud de hierro, que haría evitar la disminución del riego sanguíneo en las piernas, como consecuencia de la aterosclerosis, entre otras dolencias.
La enfermedad arterial periférica (EAP) es un proceso secundario al estrechamiento de las arterias que riegan las extremidades y está en relación directa con la presencia de aterosclerosis. Por eso, es más frecuente a partir de los 50 años, afecta con mayor intensidad a sujetos fumadores y tiene una evolución progresiva con la edad.
La falta de riego en las piernas produce dolor, inicialmente sólo al caminar, y puede llegar a limitar marcadamente la actividad física de un sujeto.
MÁS FÁCIL, EN CASA
La investigación se planteaba demostrar que el ejercicio realizado sin necesidad de acudir a un centro de rehabilitación era capaz de producir efectos beneficiosos sobre la progresión de la EAP. Y es que aunque la actividad física sea fundamental en el manejo de esta enfermedad, la complicación logística de transportar a los pacientes, muchas veces ancianos, a centros de rehabilitación hace que sean pocos los sujetos que se incluyen en estos programas.
Se demostró que los pacientes que caminaban al menos tres veces por semana sufrían una progresión más lenta de los síntomas en comparación con los que no alcanzaban ese grado de actividad.
También quedó reflejado que los más beneficiados por este tipo de ejercicio son los sujetos con enfermedad más avanzada. Sorprendentemente, en las personas con EAP leve que todavía no produce ningún síntoma se consiguió también frenar la progresión mediante la estrategia de caminatas caseras.