La Organización Mundial de la Salud tiene como objetivo expreso «que todos los pueblos puedan gozar del grado máximo de salud que se pueda lograr» y para ello una de sus misiones es alcanzar acuerdos con los laboratorios farmacéuticos para que investiguen sobre nuevas formas de erradicar enfermedades. Esto ha ocurrido con Sanofi-Aventis, que ha donado 20 millones de euros en medicinas y en dinero para ayudar a que la OMS siga con su programa de lucha contra las enfermedades tropicales.
Sanofi-Aventis es el tercer grupo farmacéutico mundial y el primero en Europa. Sus trabajos con la OMS se remontan a 2001, cuando se firmó un pacto entre los laboratorios y la institución para cooperar en la búsqueda de remedios contra las enfermedades típicas de los trópicos, principalmente, la llamada enfermedad del sueño que se transmite a través de la picadura de las moscas tse-tse. Gracias a esta colaboración, según un comunicado emitido por los laboratorios, se ha logrado salvar la vida de cerca de 11.000 personas.
La novedad es que el pacto firmado hace cinco años se ha renovado, con la ampliación a otras enfermedades que afectan a los habitantes de países africanos, sudamericanos y asiáticos, como son la leismaniosis, la úlcera de Buruli o el chagas. Según el director general de la OMS, el doctor noruego Anders Nordström:
«Este proyecto muestra el poder de la colaboración para mejorar la vida de las personas con escasos recursos»
El presidente de Sanofi-Aventis, Jean-Francois Dehecq, ratifica las palabras de su socio de la OMS, al asegurar que:
«El excelente resultado obtenido trabajando con la OMS para combatir la enfermedad del sueño nos hace confiar en que el mismo enfoque nos hará lograr resultados similares con las otras enfermedades»
La idea del acuerdo se basa en que la empresa farmacéutica proveé a la OMS de medicamentos elaborados por sus laboratorios, así como de dinero para que la institución mundial pueda dar salida a esas medicinas en el menor tiempo posible.
Así pues, este acuerdo es una muestra más de que las enfermedades pueden ser combatidas siempre que haya una predisposición de las entidades encargadas de ello; además de demostrar que, por fortuna, los intereses empresariales no siempre tienen por qué estar reñidos con la búsqueda del bien ajeno.
