Sin medicamentos en las boticas

Sin medicamentos en las boticas

¿Qué pasaría si las farmacias se fueran quedando sin los medicamentos necesarios para tratar graves enfermedades? ¿Se imagina que sufre esquizofrenia o cáncer y no encuentra en las oficinas de farmacia la medicación que requiere para que no se agrave su dolencia? Sería un serio problema de salud pública que dejaría a los ciudadanos a expensas de los virus y las enfermedades. Este desabastecimiento farmacéutico ya está ocurriendo, y puede empeorarse si persiste el llamado comercio paralelo.

Los medicamentos en España son notablemente más baratos que en el resto de Europa, por lo que los distribuidores compran aquí los productos y los desvían a otros mercados europeos, obteniendo con ello unas ganancias superiores por la diferencia de precios. Estas prácticas, que son legítimas dado el sistema de libre comercio que defiende nuestra economía capitalista, perjudican a todos los agentes implicados en el sector farmacéutico (excepto a los distribuidores) y, sobre todo, afectan negativamente a los pacientes que requieren esos fármacos.

El comercio paralelo fomenta la salida de medicamentos desde el mercado español hacia otros de su entorno, con lo que las farmacias españolas pierden un volumen de fármacos que, en caso de necesidad, puede llegar a derivarse en un desabastecimiento. De hecho, ya han ocurrido experiencias de ese tipo. En El Periódico de Catalunya, Àngels Gallardó, destaca la siguiente situación:

«Dejan de estar disponibles en las farmacias catalanas de forma recurrente y durante periodos que oscilan entre las 12 horas y las dos o tres semanas. Ese desabastecimiento, que afecta al 68% de las farmacias, ha provocado más de una crisis de pánico en enfermos que, tras recorrer media docena de comercios, no encuentran el fármaco inmunosupresor que deben tomar a diario».

La solución que proponen la industria biomédica y los representantes de los establecimientos farmacéuticos pasaría por eliminar el tratado de libre comercio dentro de la Unión Europea, lo que atentaría contra las reglas económicas del capitalismo, o por fijar precios más equilibrados entre cada uno de los países. La intención es acabar con el comercio paralelo que tanto daño puede hacer a los laboratorios, a los farmacéuticos y a los ciudadanos.

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