¿Ejercicio físico? ¿Qué es eso?

¿Ejercicio físico? ¿Qué es eso?

(Saludpress).- Cada año por estas fechas muchos españoles se proponen hacer más ejercicio. Los datos disponibles demuestran que al cabo del tiempo son pocos los que mantienen la promesa. Un estudio reciente con 68.055 pacientes de más de 14 años revela que sólo un 12% de la población practica ejercicio físico de forma adecuada.

Los expertos consideran a una persona físicamente activa cuando realiza al menos tres sesiones semanales de 30 minutos. Son tantos los datos que avalan los beneficios del ejercicio que la actividad física se debe recetar y receta desde los centros de salud cada día. Y no sólo es bueno para cualquier persona sana; también los pacientes con enfermedades crónicas como bronquitis, hipertensión arterial, diabetes, cáncer, obesidad, osteoporosis o artrosis pueden beneficiarse del ejercicio físico.

Sin embargo, los pacientes necesitan saber la duración, la frecuencia o la intensidad de la actividad que van a practicar igual que saben cómo se tienen que tomar un medicamento, la dosis exacta o cuántas pastillas debe ingerir al día. Por ese motivo, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) ha elaborado el primer manual sobre Prescripción de Ejercicio en el tratamiento de enfermedades crónicas.

La obra anima a los profesionales a prescribir programas de ejercicio físico como una forma de prevenir, tratar y rehabilitar enfermedades, además de aumentar la calidad de vida. Los médicos de familia son los profesionales sanitarios que están en las mejores condiciones, por su cercanía y conocimiento global del paciente, de concienciar a la población sobre los beneficios de esta práctica. El doctor Luis Aguilera, presidente de semFYC, apunta:

«Sabemos que la edad no es una contraindicación para practicar ejercicio de manera regular y adaptado a las condiciones de cada uno. Resulta muy recomendable realizar algún tipo de actividad, como caminar a paso ligero o correr, al menos cuatro días a la semana durante, al menos, media hora. Conviene empezar de forma progresiva y continuada, evitando esa práctica habitual, pero poco aconsejable, de realizar un gran esfuerzo un solo día de semana. El ejercicio funciona a largo plazo y por eso es preciso ser constante».

A partir de los datos de la Encuesta Nacional de Salud se puede calcular que el 7% de las muertes registradas en el 2003 se debieron a la inactividad física. El doctor Ortega advierte:

«Estamos ante el factor de riesgo, asociado a los hábitos de vida actuales, que más impacto tiene sobre la salud por su clara implicación en el desarrollo de numerosas enfermedades. Su prevalencia es superior a la de cualquier otro factor de riesgo como el tabaquismo o el consumo de alcohol».

Los resultados de un estudio sobre promoción del ejercicio físico que se ha llevado a cabo con datos de 68.055 pacientes de más de 14 años muestran que las mujeres son más sedentarias que los varones y que en cambio los mayores de 74 años (27.2%) son los más activos, seguidos por el grupo de edad de entre 65 y 74 años (26.7%). La doctora Montserrat Romaguera, responsable del estudio y una de las autoras del libro Prescripción de ejercicio, asegura que lo más llamativo de esta investigación ha sido comprobar que es precisamente la población joven la más sedentaria. La doctora Romaguera añade:

«Por este motivo, deberíamos buscar programas que estimulen a este colectivo a tener una vida más activa. Sería necesario llevar a cabo políticas sociales dirigidas a mejorar los horarios laborales, la accesibilidad a las instalaciones deportivas, etc. Estas diferencias de actividad por edades también se explican porque la población mayor cuenta con más tiempo libre, lo que siempre facilita la motivación y la posibilidad de insistirles en los beneficios que va a tener para su salud».

El sedentarismo en las mujeres se debe, en la mayoría de los casos, a que suelen disponer de menos tiempo libre. Según la doctora Romaguera:

«Asumen las tareas domésticas, el cuidado de la familia y, en general, tienden a percibir como algo menos importante la actividad física como un factor a potenciar. El porcentaje de actividad se iguala entre sexos a partir de los 65 años, etapa en la que los hijos ya han abandonado el núcleo familiar o están jubiladas, disponiendo de más tiempo libre»

Las mejorías asociadas al ejercicio físico también son evidentes en el aparato locomotor. En las personas mayores, tan castigadas por la osteoporosis o la artrosis, el ejercicio disminuye el dolor articular y mejora la movilidad, tan ligada a la autonomía personal para las actividades cotidianas. La actividad física ha demostrado reducir el riesgo de fractura en un 50%.

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