Un parche contra el Alzheimer

Un parche contra el Alzheimer

Una nueva vacuna contra el mal de Alzheimer, en forma de parche, ha demostrado ser efectiva y segura en animales. El parche fue desarrollado por investigadores de la Universidad de Florida del Sur, en Estados Unidos, y probado en ratones. Según el estudio, la vacuna transdérmica logró retirar las placas perjudiciales que se forman en el cerebro relacionadas con el Alzheimer.

(BBC Mundo) Los científicos dicen que el parche podría ser una forma simple de proteger o tratar a la gente contra la devastadora enfermedad neurodegenerativa. Y el parche en la piel parece tener menos probabilidades de provocar reacciones inmunológicas adversas en el organismo que una vacuna convencional con aguja.

Según el doctor Jorge González, profesor del Departamento de Neurología de la Universidad de Chile, el estudio, publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, es:

«Potencialmente muy prometedor. El impacto que tendría esta vacuna, si llegara a demostrar su efectividad en seres humanos, sería enorme».

La enfermedad de Alzheimer está relacionada con la formación de una proteína llamada beta amiloidea. Esta proteína se acumula en placas que dañan el cerebro. La nueva vacuna, que sería suministrada a través de la piel, funciona estimulando al sistema inmunológico para que reconozca la proteína beta amiloidea, la ataque y la destruya. Jorge González añade:

«Desde hace algún tiempo se están probando vacunas con las que el organismo aprenda a defenderse con su propio sistema inmunológico y logre remover del cerebro esa proteína anormal. Y los resultados han sido muy espectaculares en modelos de animales. Pero los problemas surgieron cuando esas vacunas se utilizaron en humanos»

En efecto, una investigación anterior de una vacuna inyectable contra el Alzheimer fue suspendida indefinidamente cuando las pruebas clínicas iniciales causaron inflamación cerebral y muerte en un pequeño porcentaje de pacientes.

Además, la vacuna produjo una reacción auto inmune, que ocurrió cuando las células inmunes atacaron agresivamente las propias proteínas del organismo producidas por la vacuna. Según el doctor:

«La pregunta que surgió entonces fue cómo lograr que el organismo elimine esas placas, pero sin producir una respuesta tan agresiva. Y es por eso que se han seguido explorando nuevas vías de administración».

En el nuevo estudio, los investigadores probaron el parche en la piel de ratones con una degeneración cerebral relacionada a la edad similar al Alzheimer. Descubrieron que éste no provocaba los mismos efectos tóxicos que la vacuna inyectada. El equipo sugiere que las células inmunes especializadas que se encuentran en la piel, llamadas células de Langerhans, podrían dirigir al organismo a responder positivamente a la vacuna.

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