Anorexia y bulimia, también entre los hombres

Anorexia y bulimia, también entre los hombres

Aunque la anorexia y la bulimia son menos frecuentes en los hombres, la severidad con la que se presentan es asombrante. Existen diversos síntomas que pueden indicarnos que un joven sufre trastornos alimenticios.

Durante las últimas décadas, los desórdenes alimentarios han aumentado entre los adolescentes. Y aunque se piense que consiste en una patología que sólo afecta a las mujeres, cada vez son más los hombres que lo sufren, siendo más severo el trastorno en esos casos.

Según informa Infobae.com, María Teresa Calabrese, psicoanalista y psiquiatra especializada en trastornos de conducta alimentaria perteneciente a la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), señaló que en ambos géneros la anorexia y la bulimia se basan en trastornos internos causados por un déficit en la identidad. «Buscan una identidad perdida, que logre identificarse con el ideal cultural: hombres y mujeres físicamente delgados, con un importante desarrollo de la masa muscular«.

En esta búsqueda de la «perfección«, los adolescentes pueden incurrir en comportamientos que les pueden llevar a padecer tres tipos de trastornos: la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa o lo que se conoce como trastornos de conducta no especificados, que son cuadros intermedios. «Por esa razón estos últimos son los más frecuentes: casi el 16% de la población los sufre«, afirmó Calabrese.

ENTRE LOS HOMBRES, LOS CASOS MÁS GRAVES

A pesar de que los trastornos de conducta alimentaria afectan sólo a uno o dos hombres por cada veinte mujeres, son ellos quienes sufren los cuadros más severos. «Pueden llegar hasta a los comportamientos más bizarros con respecto a la comida, como raspar las paredes y comerse la cal» para mitigar el hambre, señaló la especialista.

Agregó que «mientras en las mujeres se basa en un trastorno obsesivo compulsivo, entre los varones responde a un trastorno narcisista«.

Por lo general, los chicos que sufren este tipo de problemas tienen entre 14 y 18 años. Estos adolescentes se caracterizan por ser «jóvenes ausentes, poco sociables, aunque también se puede dar lo contrario: que tengan amigos circunstanciales que los lleven a adoptar determinada postura sobre su estado físico«, explicó Calabrese.

Uno de los primeros signos de que un chico puede estar sufriendo este tipo de trastornos es la negativa a comer carne y su conversión al vegetarianismo. La doctora contó que un segundo paso es el «hacerse sus propias comidas, eliminando todo lo que no sea light«.

TRATAMIENTO

Aunque entre los hombres se den casos más severos, el tratamiento a seguir es similar al que se realiza con mujeres.

Según señaló Calabrese, «hay que tener en cuenta de que no se trata de una patología endocrinológica como se creía años atrás, sino de una enfermedad psicológica: con alimento buscan llenar lo que les falta internamente«.

Por eso, se necesita de un tratamiento interdisciplinario, en el que participen psicoanalistas especializados en este tipo de trastornos en niños y adolescentes, un médico clínico, un endocrinólogo y un nutricionista.

Además, el entorno familiar del enfermo también debe estar contemplado en esta etapa, ya que en ocasiones se trata de familias que «buscan la delgadez e idealizan al chico flaco en vez de tomar una postura de alarma«.

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