El humo del tabaco aumenta su toxicidad cuando comemos

El humo del tabaco aumenta su toxicidad cuando comemos


(PD/Agencias).- El contacto de las partículas del humo del tabaco con algunas sustancias empleadas en la elaboración de los alimentos incrementa el riesgo de toxicidad para el organismo, multiplicando los daños para la salud que por sí mismas ya producen, advirtió la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. Esta sociedad médica (SEPAR) añade además en una nota que el depósito y cúmulo de las partículas procedentes del humo de tabaco alteran algunas características organolépticas de los alimentos.

Entre las partículas sólidas que se concentran en el ambiente cuando se fuma en bares y restaurantes se encuentran algunos alquitranes, el cadmio, el níquel, algunos fenoles y sustancias radiactivas; todas ellas con probado efecto tóxico para la salud. El coordinador del área de tabaquismo de SEPAR, Juan Antonio Riesco, subraya el necesario cumplimiento del real decreto relativo a manipuladores de alimentos y las normas de calidad vigentes en las que se prohíbe fumar por claros motivos higiénico-sanitarios en el ejercicio de esta actividad, «ya que desde hace años hay evidencias que avalan el peligro del tabaco sobre la salud».

Insiste asimismo en la importancia de conseguir una buena y adecuada ventilación en los lugares donde se manipulen alimentos de modo que se garantice un ambiente libre del humo tóxico de tabaco. Tras el anuncio de la Generalitat catalana de elaborar un decreto para garantizar que la manipulación de alimentos se haga en ambientes sin humo, la SEPAR recuerda que el aire ambiental con humo de tabaco -el exhalado por el fumador y el emanado desde la envoltura del cigarrillo por la combustión de su parte final- tiene sustancias peligrosas para la salud que pueden hallarse en forma de vapor o en forma de partículas sólidas.

Es destacable, también, que parte de estas partículas -entre las que se encuentran la acetona, el amoníaco, el monóxido de carbono y algunas nitrosaminas- se concentran en mayor cantidad en el ambiente que en lo que inhala el propio fumador. Así, SEPAR recomienda la necesidad de trabajar y vivir en ambientes sanos y saludables que, por definición, deben estar libres de humo de tabaco.

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