¿Cómo comen nuestros niños en el colegio?

(PD/Saludpress).- Los expertos están de acuerdo: la calidad de la alimentación servida en los colegios es primordial para la salud de los niños y su rendimiento escolar. Cuando la obesidad y otros problemas ligados a la dieta son un problema importante, es difícil encontrar suficiente fruta, verduras, legumbres y pescado en los comedores escolares españoles.

Mientras los problemas de sobrepeso en la infancia y la adolescencia son cada vez más alarmantes en la población española – se estima que el 14% padece obesidad –, los niños que comen a diario en sus centros no reciben el aporte necesario de vitaminas, proteínas, grasas… En definitiva, no consumen una dieta equilibrada. Los menús que ofrecen los comedores escolares se caracterizan por contener muy poca fruta, verduras y legumbres, mucha carne y una cantidad de pescado totalmente insuficiente. Estos son sólo algunos de los datos que aparecen en el Libro Blanco de la Alimentación Escolar, una obra elaborada por la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, que ha reunido a expertos reconocidos en la materia para “facilitar información clara, contratada y fiable a todos aquellos con responsabilidad e interés en la alimentación escolar”, destaca la doctora Isabel Polanco Allúe, secretaria general de la AEP y una de las autoras del libro.

Los cambios que se han producido en los últimos 25 años en nuestro país han tenido importantes consecuencias en la alimentación de la población infantil. Así por ejemplo, la incorporación progresiva de la mujer a la vida laboral activa fuera del hogar o la aparición de nuevos modelos familiares ha hecho que cada vez más niños tengan que hacer uso de los comedores de los centros educativos. En este contexto, “el comedor escolar constituye una herramienta clave y un recurso imprescindible que es necesario gestionar de manera adecuada”, asegura la doctora. Y añade, “el comedor escolar no debe ser un restaurante dedicado a repartir comida, sino un instrumento de educación sanitaria, pues a través suya se pueden modificar los hábitos alimentarios de la población, ya que el niño es, a su vez, un vehículo de enseñanza en su propia familia”.

¿Cómo comen nuestros niños?

Uno de los principales aspectos que se desprenden del Libro Blanco de la Alimentación Escolar es la mala estructuración de los menús. Así, y según una encuesta llevada a cabo durante el curso 2005-2006 en 33 colegios, con una población de más de 23.000 alumnos, se observa que “la media de ingestión de fruta es de 3,4 veces semanales, la de verduras es de poco más de dos veces semanales – sumando las veces que aparece como primer plato y las que se utiliza como guarnición – , las legumbres se consumen 1,4 veces a la semana y el pescado en 1,3 ocasiones”, explica el doctor Jesús Román Martínez, presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación y otro de los autores del libro, único en su género en español. En su lugar, el consumo de carne se considera elevado. De este modo, los expertos consideran que los menús estudiados presentaban un exceso de grasa y de proteínas, frente a una cantidad deficiente en carbohidratos.

Entre los resultados de la encuesta, publicados en esta obra, destaca también que los alimentos consumidos en el colegio suponen cerca del 35% de las calorías y nutrientes ingeridos en todo el día. “El valor calórico medio ofrecido en los menús de las diferentes empresas que gestionan los comedores escolares, según los propios centros, es de 915 Kcal. Sin embargo, según la valoración nutricional realizada en el estudio, los menús servidos contendrían una media de 713 Kcal, lo que supone una diferencia con el dato ofrecido por los colegios del 28,3%”, señala el doctor Román.

Por otra parte, se valoró la atención que los centros educativos a los alumnos que necesitan dietas especiales por causas médicas. Así, se observó que las empresas y los responsables no disponen casi nunca de formación específica ni de personal cualificado para ello. “Leer un libro de dietética o copiar un menú no garantiza la correcta preparación y, por lo tanto, un seguimiento adecuado de la dieta o la ausencia de peligro”, destaca la doctora Polanco.

En relación a este tema, los datos extraídos de la encuesta demuestran que en torno al 3,3% de los alumnos que utilizan el comedor escolar necesitan dietas especiales. Si bien los motivos eran diversos, “la mayoría lo hacía por alergias (en un 69% de los casos), diferentes patologías, (en un 20,5%) y por causas religiosas (en un 10,5%)”, añade la experta. Cuando el motivo era la existencia de alguna patología, en el 11,6% de las ocasiones se trataba de enfermedad celiaca.

La alimentación desde la infancia

La alimentación constituye el factor externo más importante para el crecimiento y desarrollo de los niños, siendo la edad escolar un periodo de especial trascendencia. Así, está demostrado que la inadecuada alimentación desde los primeros años afecta al rendimiento académico y que los hábitos alimentarios adquiridos durante la infancia perduran en la edad adulta.

El ritmo de vida al que se ven sometidos los niños actualmente es cada vez más acelerado debido a las largas jornadas en el colegio, las clases de apoyo, los deportes y las actividades extraescolares. Todo ello ha cambiado el estilo de vida y la forma de alimentarse y alimentar a los más pequeños adecuadamente. “La comida en familia, sobre todo en el medio urbano, prácticamente ha desaparecido o se limita a los fines de semana. Los platos tradicionales se han sustituido por alimentos más prácticos y sencillos, generalmente a base de carbohidratos más simples, proteínas animales y exceso de gracias”, explica la doctora Isabel Polanco.

Una dieta equilibrada en la infancia debe distribuirse a lo largo del día en 4 ó 5 comidas: el desayuno, la de media mañana o almuerzo, la merienda y la cena. Así, el aporte calórico debe estar dividido de la siguiente forma: el 25% en el desayuno, el 30% en la comida del mediodía, entre el 15 y el 20% en la merienda y entre el 25 y el 30 en la cena. “Aunque el desayuno es una de las comidas más importantes del día, la mayoría de los niños acuden al colegio con una cantidad insuficiente de calorías o incluyo en ayunas”, concluye la experta.

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