Uno de cada cico españoles que acude al centro de salud sufre insuficiencia renal

(PD).- La enfermedad renal crónica afecta a más de un 10% de los adultos, un porcentaje que se duplica a partir de los 60 años. Además, el envejecimiento de la población y el aumento de la obesidad y de la hipertensión van a incrementar la incidencia de las enfermedades renales.

La detección precoz pasa por el control de la población de riesgo, lo que implica una estrecha relación entre médicos de familia y nefrólogos. Por eso, la Sociedad Española de Nefrología (SEN) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) elaboran un Documento de consenso sobre la Enfermedad Renal Crónica

Uno de cada cinco españoles que pasa por la consulta del médico de familia presenta insuficiencia renal. En nuestro país más de cuatro millones de adultos presenta enfermedad renal crónica (ERC) y cerca de dos millones han evolucionado a una insuficiencia renal (IR).

La enfermedad afecta a más de un 10% de la población adulta y a un 20% a partir de los 60 años², y las estimaciones auguran un incremento asociado al envejecimiento progresivo de la población y al incremento de factores de riesgo vascular como la diabetes, la obesidad y la hipertensión. De ahí la importancia de mejorar la detección temprana y el manejo de la ERC. Con ese fin, médicos de familia y nefrólogos han decidido aunar esfuerzos.

Dado el peso que tiene la enfermedad en nuestro país, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y la Sociedad Española de Nefrología (SEN), han elaborado el Documento de Consenso sobre la Enfermedad Renal Crónica (ERC).

El objetivo es dotar a los profesionales de una serie de recomendaciones para hacer un seguimiento de los pacientes en riesgo de desarrollar una ERC y conseguir hacer un diagnóstico precoz de la misma. “La idea es que los médicos de familia dispongamos de unos criterios unificados para la detección precoz y el seguimiento del paciente con ERC y tengamos establecidos unos circuitos de derivación y consulta con los nefrólogos”, asegura el doctor Luis Aguilera, presidente de semFYC.

El documento de consenso que hoy se presenta forma parte de una campaña de actuación frente a la ERC que, en palabras del presidente de la SEN, el doctor Ángel Luis Martín de Francisco, “tiene como prioridades conocer bien la realidad epidemiológica actual de la insuficiencia renal en España y optimizar el tratamiento de la ERC en todas sus fases con vistas a retardar su progresión , disminuir la mortalidad por una enfermedad cardiovascular y evitar los problemas secundarios de los medicamentos ”.

Para identificar a los pacientes de riesgo lo antes posible, el documento recoge trece recomendaciones. Por ejemplo, se indica que en todo varón mayor de 60 años con una disminución de la función renal debe descartarse mediante ecografía la presencia de una patología obstructiva urinaria. También se aconseja hacer prueba de cribado en los mayores de 60 años, hipertensos o diabéticos, o con enfermedad cardiovascular, o familiares de pacientes con insuficiencia renal. Otro objetivo de la campaña es favorecer un uso adecuado de los medicamentos evitando aquellos que puedan alteran la función renal o reduciendo su dosis si fuera preciso.

UNA ENFERMEDAD INFRADIAGNOSTICADA

Un número importante de pacientes con ERC está sin diagnosticar. Entre las causas de ese infradiagnóstico, cabe citar la falta de controles de la función renal, la incidencia de ERC oculta (porque las creatininas séricas están en el rango de normalidad a pesar de una pérdida de la función renal) o la ausencia de síntomas.

Como explica el doctor Martín de Francisco, “hasta ahora se utilizaba una prueba para medir la creatinina en la sangre, método que ha demostrado no ser un buen marcador de la función renal especialmente en mujeres y pacientes mayores, pues en cierta manera refleja la masa muscular que está descendida en estas poblaciones. Actualmente, teniendo en cuenta factores como la edad, el sexo y la raza, se emplea una fórmula conocida como ecuación de filtrado glomerular que determina con mayor sensibilidad la función renal del paciente”.

Según el doctor Aguilera, “en la prevención, detección temprana y control del problema desempeñan un papel clave los médicos de familia por su situación privilegiada dentro del sistema sanitario para promover hábitos de vida como el abandono del tabaco o el ejercicio físico, reducir las cifras de presión arterial o controlar la diabetes. Son medidas que no sólo pueden frenar el daño renal sino que además reducen el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular”.

En los últimos cinco años se han realizado varios estudios que han confirmado que la detección precoz y la remisión adecuada al nefrólogo reduce los costes para el paciente y el sistema al disminuir la velocidad de progresión, disminuir la morbimortalidad cardiovascular y disminuir la estancias hospitalarias.

En España el coste sanitario asociado al tratamiento en las fases más avanzadas de la ERC se estima en 800 millones de euros.

Sólo una proporción pequeña de pacientes evoluciona hacia la insuficiencia renal terminal y por tanto a la necesidad de un tratamiento sustitutivo (diálisis o trasplante renal). En la evolución de la ERC a las fases más avanzadas los médicos pueden influir interviniendo sobre causas como la hipertensión arterial y la diabetes

FACTOR DE RIESGO CARDIOVASCULAR

El descenso de la función renal se asocia de forma significativa con un mayor riesgo cardiovascular. Actualmente es mayor el porcentaje de pacientes con ERC que fallece por complicaciones cardiovasculares, que los que requieren finalmente una terapia de sustitución.

La IR constituye una de las causas más importantes de complicaciones vasculares como el infarto de miocardio o el accidente cerebrovascular. Con esta iniciativa de semFYC y SEN, España se suma a otros países como Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, Francia y Alemania que ya desarrollan políticas sanitarias dirigidas a una detección precoz de esta enfermedad.

ERC

La ERC se define como la disminución de la función renal o como la presencia de daño renal de forma persistente durante al menos tres meses. Tanto por su elevada incidencia como por su importante morbimortalidad cardiovascular asociada, la ERC constituye uno de los principales problemas de salud pública del siglo XXI. En el año 2006, más de 45.000 españoles estaban en tratamiento renal sustitutivo, cifra que se estima se duplique en los próximos 10 años debido al envejecimiento de la población y al aumento de otras enfermedades crónicas como la diabetes.

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