Son musulmanas que han nacido y crecido en Europa con los chicos y chicas belgas de su edad, pero un abismo les separa cuando el casamiento comienza a vislumbrarse en el horizonte. Sin su himen intacto no podrían casarse y serían rechazadas por sus familias porque lo que la picaresca les lleva a realizarse una himenoplastia en Bélgica que les sale gratis si convencen al médico de que inscriba la operación en la casilla de las reconstrucciones vaginales, propias de las complicaciones posparto, que la sanidad pública sí contempla.
Testimonios como estos cada vez son más frecuentes en Internet:
«Hola. Busco con urgencia un sitio donde me puedan reconstruir el himen antes de mi boda con un musulmán. Es muy urgente; si no, será el fin de mi vida. Cuento con vosotras».
«Entré por la mañana y salí por la tarde. La intervención me costó 300 euros y todo fue bien. El ginecólogo es supersimpático y no te juzga. Dos meses más tarde me casé, y la noche de bodas fue un éxito. Me dolió como la primera vez y sangré»,
según informa El País.
