El agua revela que en Barcelona se consumen 70.000 dosis de cocaína al día

(PD).- En el área metropolitana de Barcelona se consumen cada día más de 70.000 dosis de cocaína, según han revelado los análisis que investigadores del CSIC han hecho en las aguas residuales que llegan a la depuradora de El Prat de Llobregat (Barcelona).

Al igual que con la mayoría de las drogas, cuando se consume cocaína el cuerpo la metaboliza y acaba expulsándola a las pocas horas a través de la orina. De esta manera, resulta posible determinar qué sustancias -y en qué cantidad- se consumen en una determinada zona a través del análisis de sus aguas residuales.

En este caso, el estudio -dirigido por Damià Barceló, responsable del Instituto de Investigaciones Químicas Ambientales de Barcelona (IIQAB), del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)- se ha centrado en la planta depuradora de El Prat, donde se tratan los vertidos de 1,3 millones de habitantes de Barcelona y su entorno, algo menos de la mitad del total de la población del área metropolitana.

Casi 2 kilos al día, más durante el fin de semana

Los resultados obtenidos han revelado que 1,3 millones de personas consumen unas 20.000 dosis diarias de cocaína, lo que supone entre 1,5 y 2 kilos de esta sustancia estupefaciente, si bien estas cifras se duplican al llegar el fin de semana, cuando los niveles crecen hasta las 40.000 dosis.

Damià Barceló ha explicado que estos datos se podrían extrapolar al conjunto del área metropolitana, de manera que se obtendría un consumo medio de 73.000 dosis diarias, teniendo en cuenta que la población aproximada de la región es de 3,2 millones de personas. O lo que es lo mismo, 23 rayas de cocaína al día por cada 1.000 habitantes.

Los datos de Barcelona doblan prácticamente a los obtenidos en Valencia, donde Barceló y su equipo también han analizado muestras de agua residual, pero están muy lejos de la campeona mundial en consumo de cocaína, Nueva York, donde según un estudio de la ONU el consumo estaba en 2006 en 134 rayas por cada 1.000 habitantes.

En cualquier caso, Barceló ha destacado que la presencia de metabolitos de la cocaína en las aguas residuales no tiene efectos en el agua de grifo, ya que más del 95% de estas sustancias se eliminan por completo en las plantas depuradoras.

Los resultados, eso sí, permiten obtener datos «más fiables» sobre el consumo de droga en una determinada población, ya que si en las encuestas es posible engañar al interlocutor, los restos de sustancias estupefacientes en la orina son fácilmente detectables por las últimas técnicas analíticas.

Un cóctel de fármacos en el Ebro

Barceló ha presentado estos datos durante el acto de inicio del año de la Asociación Catalana de Comunicación Científica (ACCC), en el que también ha dado a conocer sus últimas investigaciones sobre la presencia de fármacos en «todo el río Ebro».

Tranquilizantes, antibióticos y antiinflamatorios son los productos con una mayor presencia en las aguas de este río, alrededor del cual, desde Cantabria hasta su desembocadura en el Mediterráneo, viven unos 3 millones de personas.

El equipo de Barceló ha monitorizado, a lo largo de su curso, un total de 29 fármacos, algunos de los cuales, como el Ibuprofeno, tienen una presencia similar al de algunos pesticidas usados en el maíz.

«De cada fármaco se han encontrado unos 100 kilos, por lo que si son 29 los analizados, da unos 300 kilos al año», ha dicho Barceló, que ha advertido de que estos datos son lo suficientemente relevantes como para no «menospreciarlos».

El problema, ha añadido, es que los fármacos son contaminantes emergentes y, por lo tanto, no están incluidos en la legislación, de manera que se desconoce qué efectos pueden tener, si bien se está empezando a investigar en este ámbito.

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