(PD).- Tonia Accardo, la mujer italiana de 31 años que había renunciado a las curas contra el cáncer para poder dar a luz a su hija, murió a principios de esta semana en su casa de Torre del Greco, cerca de Nápoles, como consecuencia de la grave enfermedad que la aquejaba.
La decisión de Accardo conmocionó Italia hace un año y medio y tuvo gran eco entre los medios de comunicación, que empezaron a llamarla con el nombre de ‘madre coraje’. Pocos días después nació su hija, Sofia, en un parto prematuro pero perfectamente sana.
Tonia y su marido, Nicola, habían decidido llamar a su hija Sofia, «como la Loren, una mujer fuerte y llena de vida», según explicaron a los medios italianos cuando nació la niña. Sofia «es el regalo más bonito que podríamos haber recibido», añadieron en esa ocasión.
Después de dar a luz, Tonia reemprendió las curas contra el cáncer que había suspendido para no comprometer la vida de la pequeña tras descubrir que padecía un extraño tipo de cáncer en la boca.
Según reportaron los medios locales, la mujer se había sometido a una terapia inmunológica en Alemania que debería haber multiplicado los efectos de la quimioterapia. Pero al final, el cáncer pudo más que ella, que falleció hace pocos días en su propia casa.
«Me ha saludado serena», explicó su marido entre lágrimas a los medios italianos, añadiendo que su mujer le solía decir que «la vida es como un partido de fútbol, puedes perder por seis a cero, pero no debes rendirte nunca».
En declaraciones recogidas por el diario ‘Il Giornale’, reveló que Tonia también le confiaba que se había preguntado a sí misma «miles de veces sobre si había tomado la decisión acertada», a lo que ella misma se contestaba «‘sí, he elegido lo mejor’, y me sonreía», relató el marido.
Durante su enfermedad, Tonia tuvo la oportunidad de contar su historia al Papa Benedicto XVI durante la visita que éste realizó a Nápoles el pasado mes de octubre.
