Bernat Soria habla de todo, menos de Sanidad

Bernat Soria habla de todo, menos de Sanidad


(PD).- El Partido Popular y el PSOE coinciden en un cosa: el actual Ministerio de Sanidad ya no se sostiene ni tampoco parece tener razón de ser. Con sus principales competencias transferidas y el fracaso de esta legislatura para liderar las reformas y retos de la sanidad española, sólo cabe su transformación.

El PP ya propuso su macroministerio de Bienestar Social y Familia, donde integraría las actuales competencias de Sanidad y Consumo con las de otros departamentos como Vivienda o Asuntos Sociales.

Ahora el ministro de Sanidad, Bernat Soria, se ha volcado con la I+D después de que su antecesora lo hiciera con la Salud Pública. La resultante puede ser un nuevo departamento a la medida del investigador de Salud Pública e I+D que, según Soria, han sido las dos prioridades de la agenda política de José Luis Rodríguez Zapatero.

El científico aludió este lunes durante su discurso en la prestigiosa tribuna del Club Siglo XXI a la «interconexión de las políticas sociales, sanitarias y científicas». Propuso además un Plan Nacional de Salud y Medio Ambiente, volcado en los efectos de la contaminación, y una Ley de Salud Pública, que establezca «una Cartera de Servicios».

Para los profesionales sanitarios apenas unas menciones, entre las que el ministro subrayó una reforma legal para tipificar las agresiones a los profesionales sanitarios y la potenciación de los valores que refuercen su consideración social, entre los que cabe suponer que el sueldo es uno de los más importantes.

Tiró de datos para explicar que el gasto en sanidad es una inversión social y solidaria, que «pagan todos y del que todos se benefician». Así destacó que es una «fuente de empleo directo, de calidad y no deslocalizable». Cerca de 1,1 millones de empleos dependen del sector sanitario, casi un 6% del total.

Y de otros datos para dejar en evidencia al anterior Gobierno. Según sus cifras, el PP dedicó a políticas sociales tres veces menos en 2004 que los 4.757 millones de euros invertidos en 2008 por el actual Gabinete. O en investigación, donde el presupuesto de 2004 era de menos de 3.000 millones de euros, frente a los casi 8.000 millones de euros de los actuales presupuestos.

Además de sacar pecho en esta área minimizó el efecto del envejecimiento y el aumento de la población en el cómputo del gasto sanitario –una de las reivindicaciones de las comunidades autónomas con mayor cifra de inmigrantes-, para destacar, en cambio, el papel de los cambios en las tecnologías y los recursos dedicados por paciente como el factor de gasto principal. Y pidió a los profesionales sanitarios que evitasen la «fascinación tecnológica» o las decisiones que deriven de una «actuación defensiva» en el ejercicio de la medicina.

No se olvidó de la última propuesta electoral del PSOE en listas de espera, aunque tampoco insistió mucho porque es, como se sabe, una intención no cumplida del anterior programa de 2004, de establecer tiempos máximos de espera, en este caso para situaciones de discapacidad o secuelas graves.

Por último, y «para no perder el tren del futuro», propuso un Pacto por la Ciencia en España, que se traduciría en una Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, de amplio consenso. Concluyó haciendo un guiño a la industria farmacéutica innovadora abogando por la revisión de la normativa sobre patentes y propiedad intelectual «para hacerla más atractiva a los generadores de conocimiento».

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