Los niveles de estrógeno en la sangre predicen el retorno del cáncer de mama

(PD).- Una investigación reciente señala que las mujeres que experimentaron una recurrencia del cáncer de mama tenían casi el doble de estrógeno en la sangre que las mujeres que continuaron libres de cáncer luego del tratamiento.

Esto indica que los niveles circulantes de estrógeno contribuyen a la recurrencia tanto como la malignidad inicial.

Esa información no es del todo nueva, según la Dra. Jennifer Wu, ginecoobstetra del Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York. «Esa es la razón por la que usamos medicamentos que ayudan a reducir los niveles de estrógeno. El estrógeno incrementa la división celular. Pensamos que quizá inicie el cáncer de mama», sostuvo. «Sin embargo, este es un buen estudio porque tiene muchas pacientes y prueba que hay un aumento demostrable en los niveles de estrógeno sobre las pacientes que no tienen recurrencia».

Donde hay un problema, con frecuencia también hay una solución.

«Los medicamentos antiestrógeno sólo pueden tener cierto impacto», aseguró Cheryl Rock, autora del estudio y profesora de medicina preventiva y familiar de la Facultad de medicina de la Universidad de California en San Diego. «Hay dos cosas además de estos medicamentos que pueden ayudar a reducir el estrógeno, o pensamos que pueden, porque así funciona en la población general. Una es el ejercicio entre moderado y vigoroso y la otra es el control saludable del peso para alcanzar el peso ideal».

El estrógeno no sólo se produce en los ovarios, también en el tejido graso.

Las investigaciones anteriores han mostrado que el estrógeno contribuye al riesgo de cáncer de mama primario en las mujeres posmenopáusicas, pero ha habido menos evidencia de la función del estrógeno en la recurrencia del cáncer.

«La relación entre el estrógeno circulante y el riesgo de cáncer de mama primario está muy bien establecida, pero sorprendentemente hubo pocos estudios en los que el nivel de estrógeno se midiera en las supervivientes de cáncer de mama», explicó Rock.

Este estudio, publicado en la edición de marzo de Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, le dio seguimiento a 153 pares de mujeres que habían tenido cáncer de mama (una de cada par experimentó una recurrencia y la otra no) durante más de siete años.

Las dos terceras partes de las participantes estaban usando tamoxifén, un medicamento que interfiere con la actividad del estrógeno en el organismo.

Al final, las mujeres que tenían más estrógeno circulante tenían más probabilidades de una recurrencia.

También podría haber otros factores en juego, señaló Rock. Por ejemplo, la globulina de sujeción de la hormona sexual básicamente hace que haya estrógeno disponible para penetrar en los tejidos. «Si el estrógeno se une a esa proteína, no va a flotar directamente a la célula», explicó Rock. «Cuando la gente tiene exceso de peso, tienen mayores niveles de insulina en la sangre, lo que suprime la síntesis de esa proteína, así que el ejercicio no sólo se relaciona con ayudar realmente al control del peso sino que, como reduce la insulina, podría hacer que la situación de las hormonas se vea mejor».

Los expertos agregaron que no se deben descartar los medicamentos existentes contra el estrógeno.

«El estudio justifica el uso de medicamentos que ayudan a reducir los niveles de estrógeno, como el tamoxifén y los inhibidores de la aromatasa», aseguró Wu. «[En el futuro], quizá queramos valorar diferentes niveles de medicamentos antiestrógeno. En este momento, tenemos una dosis estándar para todo el mundo, mientras que las mujeres que son más pesadas o aquéllas que tienen niveles superiores de estrógeno por una u otra razón podrían necesitar dosis mayores».

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