Messagué halla hormonas clave en la metástasis del cáncer de mama

(PD).- Una muy alta proporción de las muertes atribuidas al cáncer -los científicos calculan que rondaría el 90% en determinados tipos de tumores- se producen, finalmente, a causa de la metástasis o emigración de las células cancerosas a otros órganos o tejidos distintos de aquel en que surgió el tumor original. Conocer y controlar los mecanismos que rigen esta propagación resulta, pues, fundamental en la lucha contra la enfermedad, y el científico barcelonés Joan Massagué, del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, de Nueva York, y director del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, ha invertido varios años de su vida en descifrar el secreto.

Un equipo de siete investigadores dirigido por Massagué, trabajando durante los últimos tres años en Barcelona y Nueva York, ha dado a luz un nuevo y brillante trabajo en el campo de la metástasis. Sus conclusiones, publicadas hoy por la revista especializada «Cell», muestran cómo las células de los tumores de mama se valen de una citoquina, la hormona conocida como TGFß, para desencadenar y dirigir su propagación hacia órganos específicos, en este caso el pulmón, que colonizan hasta provocar la muerte, publica ABC.

La investigación se ha centrado en la citoquina TGFß (Transforming Growth Factor ß), debido a que esta hormona, entre otras funciones, dirige el movimiento y el crecimiento celular.

Favorecer el tumor

En condiciones normales, la TGFß se encarga de impedir el desarrollo de los tumores, pero ya estudios anteriores habían demostrado que las células cancerosas «se apropian» y «se benefician» de esta citoquina para que trabaje en favor del tumor en vez de suprimirlo. Ahora, el equipo dirigido por Massagué ha descubierto que la TGFß producida dentro del tumor original de mama promueve la dispersión de las células cancerosas hacia los pulmones, y las habilita para colonizar el tejido pulmonar.

Mientras se produce esta dispersión, en el tumor primario, en la mama, la TGFß estimula que las propias células cancerosas produzcan una segunda citoquina, la angiopoietina-L4. Su misión es complementaria en el proceso de la metástasis: cuando las células tumorales navegan por la sangre hasta fijarse en las paredes de los capilares del pulmón, es la angiopoietina la encargada de facilitarles la rotura de los capilares para que invadan el tejido pulmonar.

En el equipo capitaneado por el científico español han participado, desde Barcelona, los investigadores Daniel Gomis, del Instituto de Investigación Biomédica (IRB, del que Massagué es director), y Cristina Nadal, del Hospital Clínico-IDIBAPS.

Sacar provecho

El propio Massagué, por medio de una nota de prensa, explicaba ayer cómo «esta investigación demuestra que la TGFß potencia la capacidad de metástasis de los tumores de mama en el ser humano, y revela mediante qué mecanismos las células tumorales aprenden a sacar provecho de las citoquinas, que acaban trabajando para ellas al asegurar la propagación del cáncer de mama».

El pasado año -el 12 de abril de 2007, como informó ese día ABC-, otro equipo dirigido por Massagué publicaba en la revista «Nature» las conclusiones de una investigación igualmente relevante: entre otros genes aún por identificar, cuatro en concreto, la epirregulina (EREG), la ciclooxigenasa-2 (COX2) y dos metaloproteinasas (MMP1 y MMP2) intervienen en la progresión del cáncer de mama y en su propagación a los pulmones. Los hombres de Massagué han puesto cerco a la metástasis y cada día conocen mejor sus artimañas.

El trabajo de los investigadores se centra ahora en determinar si las citoquinas TGFß y angiopoietina actúan de la misma manera en otros tipos de tumores diferentes del de mama, así como en la búsqueda de un método para interceptar la acción de estas hormonas, y con ello prevenir o entorpecer la metástasis en pacientes de cáncer.

Dianas terapéuticas

Son muchos los tumores primarios que se extienden al pulmón desde otros órganos, como es el caso de los cánceres de colon e hígado, o el melanoma, por lo que existe un gran interés en identificar dianas terapéuticas, y posteriormente fármacos con los que inhibir la acción «pervertida» de las hormonas que catalizan, en cada caso, la metástasis.

«Queremos saber si otros tipos de tumor utilizan la misma vía o mecanismos diferentes para promover la metástasis», señalaba Gomis ayer desde Barcelona. Por el momento, esta última investigación aporta «una diana más a tener en cuenta para intentar prevenir la metástasis pulmonar».

Queda claro, en cualquier caso, que la metástasis se desencadena por el mal funcionamiento de múltiples factores de forma simultánea. Y aún hay mucho camino por recorrer.

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