Una mutación genética origina la dependencia a la nicotina

Una mutación genética origina la dependencia a la nicotina

(PD/Agencias).- Una mutación genética, presente en casi la mitad de la población de ascendencia europea, origina la dependencia de la nicotina y dificulta dejar el tabaco. No obstante, la mutación no influye en la idea de comenzar a fumar.

Así lo demuestra una investigación realizada por científicos del proyecto europeo para la investigación en genómica, mecanismos y tratamiento de la dependencia (GENADDICT, por sus siglas en inglés) cuyas conclusiones publica la revista ‘Nature’.

Se trata de la mutación particular localizada en el cromosoma ’15q24′ y que afecta a un receptor de la nicotina en el cerebro, el receptor nicotínico de la acetilcolina.

Esta mutación no incide en el inicio del hábito de fumar, pero sí en los hábitos de consumo de tabaco, elevando un 30 por ciento el riesgo de padecer un cáncer de pulmón y en un 20 los riesgos de sufrir una enfermedad arterial periférica.

Por otra parte, un estudio realizado con 11.000 fumadores islandeses participantes en el proyecto de investigación ha demostrado que esta mutación era más frecuente en los grandes fumadores que en el conjunto de los fumadores y la población general.

Asimismo, este trabajo estableció una correlación entre la presencia de la mutación y la probabilidad de un diagnóstico clínico de dependencia de la nicotina. Además, comparaciones entre actuales fumadores y antiguos han demostrado que los portadores de este gen mutado tendían a fumar más y era menos probable que lo dejaran.

UNA MUTACIÓN QUE AUMENTA EL RIESGO DE DEPENDENCIA

Esta mutación es menos frecuente entre los fumadores de menos de diez cigarrillos al día que entre los no fumadores, lo que, según el informe, apoya la idea de que no influye en la decisión de comenzar a fumar, sino que más bien provoca un riesgo de dependencia de la nicotina en los que comienzan a hacerlo.

Los científicos analizaron este gen en un total de 32.000 pacientes y controles de cáncer de pulmón o enfermedad arterial periférica procedentes de Islandia, Nueva Zelanda, Austria, Suecia, Italia, Países Bajos y España.

Para la miembro de la Comisión responsable de Ciencia e Investigación Janez Potocnik, este hallazgo «no sólo se debe a la competencia y dedicación de los investigadores europeos, sino también a la intensificación de la cooperación entre los científicos europeos».

«La Unión Europea lleva apoyando la investigación en el campo de la Sanidad desde hace más de 20 años y ahora comprobamos los beneficios derivados de esta colaboración. Este esfuerzo complementa otras políticas llevadas a cabo por la Comisión Europea en el ámbito de la sanidad pública», manifestó.

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