Al borde de la muerte por un simple flemón

(PD/Agencias).- Hace seis años estuvo a punto de morir por un simple flemón. La imprudencia de un médico de urgencias llevó a Araceli Arenas al borde de la muerte. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) le dá ahora la razón. Sanidad debe indemnizarla con 60.000 euros.

Todo comenzó a mediados de noviembre de 2002 cuando, tras la extracción de una muela, Araceli Arenas notó un flemón muy extraño que «era movible».

«Era una pelota que se iba cambiando de sitio», afirma Arenas.

Arenas fue ingresada en el Hospital de Getafe pero la ausencia de especialistas maxilofaciales durante el fin de semana supuso que fuese un médico de urgencias quien se ocupase de su cargo.

«Durante el jueves y el viernes lo único que me dieron fueron analgésicos, cuando lo que tenía era una infección muy grande; cuando llegué en su momento podía haber sido drenada porque el flemón estaba encapsulado. Hay un protocolo que se debe seguir para estos casos», explicó la afectada.

«La noche del 17 al 18 –del jueves al viernes– empeoré muchísimo porque el bulto se hizo más grande, se fue extendiendo y ya no sólo era una bolita sino que me ocupaba todo el cuello y me impedía respirar, además me dolía todo el cuerpo», recordó.

Ante los signos de dolor de Araceli las enfermeras llamaron por teléfono hasta cuatro veces esa noche al médico de urgencias pero éste «consideró que no era necesario valorar, por lo que no subió» y toda la noche la tuvo «completamente desatendida».

AL PSIQUIATRA

Durante la noche, Araceli salió al pasillo pidiendo auxilio porque no podía respirar. A esto le respondieron que lo que ocurría es que ella no sabía respirar porque lo hacía con el estómago cuando lo debía hacer con la nariz.

«Luego me dicen que intentase dormirme, pero yo les digo que si me duermo me muero, que me da miedo no despertarme, que estoy mal, y me dicen que soy muy quejica», recordó.

El médico le dijo a las enfermeras que avisasen al psiquiatra «porque consideraba que era un problema tipo nervioso», que tenía «un ataque de ansiedad». Pero el psiquiatra tampoco estaba para Araceli y por teléfono le receta un valium.

El sábado por la mañana un urólogo se dió cuenta de que Arenas tiene una mediastinitis, una infección.

«A partir de ahí se dan cuenta de que se les ha ido de las manos, que tiene mucha gravedad porque todos los órganos vitales están afectados, corazón, pulmones…», subrayó.

Una UVI móvil la trasladó al hospital 12 de Octubre «porque dicen que no tienen cirugía torácica en el centro getafense». No obstante, en el informe que expiden a su salida se puede leer que le dan «el alta por mejoría».

UN LITRO DE PUS EN EL CUELLO

En el 12 de Octubre le practicaron dos operaciones seguidas a vida o muerte de hasta seis horas para limpiarle y vaciarle todo el pus acumulado en el cuello y la espalda.

«Estaba llena de pus por todos los sitios, del cuello me sacan un litro de pus, sólo del cuello; luego vienen cuatro operaciones más y dos meses y pico de UVI –en coma– porque no podía respirar salvo con respiración asistida, porque tenía los pulmones enteramente encogidos», relató.

Ahora, cuando han pasado seis años, la justicia está de su parte y la sanidad pública la debe indemnizar con 60.000 euros, pero las secuelas siguen ahí.

«Tengo insuficiencia respiratoria, tengo los pulmones como los de una persona que ha fumado toda la vida muchísimo, tengo mal los bronquios, me canso mucho, no oxigeno bien, llevo una vida normal entre comillas», explicó Arenas que aseguró estar contenta porque «se sabe que este señor- el médico de urgencias- es un incompetente».

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