Avalancha de alergias

(PD).- La cifra de pacientes que sufren alergia se duplicará en los próximos años y llegará incluso a afectar a la mitad de la población, lo que se traducirá en una sobrecarga asistencial, ya que, hoy por hoy, los expertos reconocen deficiencias y desigualdades entre autonomías.

Como subrayan Félix Espoz y María Rosell en CF, esta sobrecarga de trabajo podría repercutir directamente en el desarrollo de ensayos clínicos que han de realizarse en los hospitales, condicionando el avance de la terapias inmunológicas.

Según los últimos datos recogidos en el estudio de Alergológica, de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), que cuenta con la participación de 4.991 pacientes y 337 alergólogos, la patología más prevalente es la rinitis, con más de la mitad de los pacientes que visitan las consultas de alergia (55,5 por ciento de los casos), seguida del asma bronquial (28 por ciento).

Además, el 20,4 por ciento de los pacientes acude al médico a la vez por ambas enfermedades. En tercer lugar se encuentra la alergia a medicamentos, con el 14,7 por ciento de los casos, y le siguen en importancia otros patologías alérgicas como la urticaria, la alergia a los alimentos, dermatitis de contacto, dermatitis atópica e hipersensibilidad a los insectos.

Así, los especialistas consultados por F&I coinciden en que las enfermedades alérgicas han mostrado un notable incremento de prevalencia y severidad en los últimos años y afectan al 20 por ciento de la población española. Anuncian una tendencia al alza que dará como resultado que a partir de 2015 casi la mitad de la población padezca alguna enfermedad de este tipo. Esta avalancha de pacientes contrasta con la situación asistencial actual en España.

«Existen grandes carencias. La atención alergológica es francamente deficitaria en algunas comunidades. Es una patología demasiado prevalente como para que a cada paciente le atienda un especialista del sistema público», señala Carmen Moreno, vicepresidenta de la Seiac, quien añade que estos pacientes «a veces constituyen un elemento de presión importante en los centros de salud, y la atención especializada no siempre tiene una respuesta rápida y eficaz».

Además de esta situación, se debería tomar en cuenta, según contempla Javier Cuesta, alergólogo de la Fundación Jiménez Díaz, de Madrid, que «existe un gran número de alérgicos que nunca ha visitado al especialista y que desconoce los tratamientos que podría mejorar su enfermedad».

Sin embargo, Francisco Feo Brito, jefe de Alergología del Hospital General de Ciudad Real, aunque reconoce que existen desigualdades entre comunidades, afirma que «en los últimos años la alergología ha presentado un importante desarrollo que le ha llevado a estar presente en casi todos los hospitales del país».

Investigación condicionada

La carencia de especialistas en el Sistema Nacional de Salud puede condicionar no sólo el futuro asistencial, sino también el de la investigación. Según Alfonso Miranda, presidente de la Sociedad de Alergología Andaluza, Alergosur, «la mayoría de especialistas trabaja en asistencia privada y la investigación se hace en centros hospitalarios.

Las unidades son pocas y con cierta precariedad de personal para investigar. Sólo los grandes centros pueden hacerlo, pero los demás se tienen que dedicar mayoritariamente a la asistencia».

Además, esta realidad se podría ver condicionada también por el actual reparto de competencias entre los ministerios de Sanidad e Innovación, ya que el primero sería responsable de los hospitales, mientras que el segundo lo sería de la investigación farmacológica.

Claudio Nicoletti, del Institute of Food Research, de Norwich (Reino Unido), señala que «se necesita más dinero para llevar a cabo estudios y entender así los mecanismos inmunológicos básicos relativos a la alergia. Sin este tipo de conocimiento no será posible encontrar una solución definitiva a este problema».

En este sentido, Joaquim Mullol, jefe de Alergología del Hospital Clínico de Barcelona, destaca que en los últimos 20 años se conocen nuevos alergenos. «Antes, por ejemplo, se consideraba que el polen era la sustancia alérgica, pero ahora sabemos que los verdaderos alérgenos son proteínas que pueden compartir diferentes sustancias.

Hay que encontrar la forma en la que la respuesta del sistema inmunológico sea la máxima posible, de ahí la relevancia de investigar en estas proteínas porque redundaría en una terapia más efectiva y de menor duración que la actual».

En el futuro se conocerán mejor los alergenos y el mecanismo patogénico de las enfermedades. Un ejemplo lo tenemos en la rinitis y asma alérgica, donde el diagnóstico por alergenos no sólo va a permitir una mejor identificación de los agentes etiológicos, sino que mediante estudios epidemiológicos se van conociendo cuáles están relacionados con una mejor evolución clínica o una respuesta más eficaz a la inmunoterapia.

Terapias más efectivas

Las vacunas son por ahora la única alternativa para frenar la alergia, pero aún hoy no son eficaces en todos los pacientes, sobre todo en los que tienen alergia a más de una sustancia. Además, tampoco hay suficiente experiencia clínica que asegure su efectividad en las personas mayores, que recientemente han empezado a demandar este tipo de tratamiento.

Sin embargo, el avance tecnológico en las vacunas está siendo muy importante. «El futuro también está en su administración, ya que las vacunas en dosis controladas en pastillas ya se están utilizando y se están mostrando muy efectivas y seguras, presentando datos superiores a las inyectables», subraya Mullol.

En cuanto al tratamiento sintomático, Feo Brito destaca entre los últimos fármacos disponibles a omalizumab, un anticuerpo monoclonal que inhibe el IgE, responsable de las reacciones alérgicas.

Así, este fármaco produce una mejora de la sintomatología, con una disminución de las necesidades de medicación de rescate y mejora de la calidad de vida de los pacientes. Su único inconveniente es su elevado coste, «por lo que en la actualidad su uso se está limitando a los pacientes con asma persistente moderado o grave, siempre que no respondan a las pautas convencionales».

Nuevos alimentos, más alergia

La alergia alimentaria, especialmente frecuente en la infancia, también está creciendo. Consuelo Martínez, jefa de Alergología del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, explica que este incremento es muy significativo porque se han introducido nuevos alimentos a la dieta diaria como, por ejemplo, las frutas tropicales.

En este caso la evitación es la indicación terapeútica, pero esto, a veces, no es tan sencillo. Algunos alimentos pueden estar ocultos, según Feo Brito, y su identificación es difícil. Es el caso de la leche de vaca, que, además de estar presente en forma de yogur, queso, crema, flanes o caramelos, puede darse en otras denominaciones como caseinato potásico, caseinato magnésico, hidrolizado proteico suero láctico, H4511, H4512, ácido láctico, lactoalbúmina o lactoglobulina.

Por este motivo, una alternativa terapeútica reciente, en el caso del rechazo a la leche de vaca, se basa en tratamientos que se llevan a cabo en las unidades de Alergología, y consiste en la administración de cantidades crecientes de leche de vaca en visitas sucesivas (nueve semanas) y bajo estrecha observación alergológica.

El estilo de vida occidental, el gran culpable del aumento de alérgicos

El aumento de las alergias tiene múltiples factores, y la causa que destacan los expertos, y que más fuerza está adquiriendo en los últimos años, es el propio estilo de vida occidental, relacionado con el acceso a la salud, el tamaño familiar y la contaminación ambiental.

Francisco Feo Brito, del Hospital General de Ciudad Real, explica que «al existir menos infecciones derivadas de la falta de higiene y al estar los niños más vacunados y potenciarse el tratamiento precoz de cualquier catarro, el sistema inmune no entra en contacto con las bacterias con las que lo hacia antes, lo que le hace más proclive a reacciones alérgicas».

En este sentido, Joaquim Mullol, del Hospital Clínico de Barcelona, afirma que existe un desequilibrio en el sistema inmunológico. «Éste se divide en dos grupos de linfocitos llamados TH1 y TH2.

El primero se encarga de las infecciones y el segundo de las respuestas a parásitos y a los alergenos. Estos dos sistemas parece que están en equilibrio y cuando se descompensa uno, incrementa el otro. Así, en los últimos 50 años el esfuerzo que ha habido en la lucha contra las enfermedades infecciosas ha sido muy alto con el uso de antibióticos y vacunaciones masivas, lo que ha provocado un desequilibrio en el control inmunológico de nuestro organismo, a favor de un aumento de las alergias», matiza.

Relacionado con esta teoría también está el hecho de que las familias actuales son menos numerosas lo que, como explica Consuelo Martínez, del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, «provoca un incremento de la protección de los padres sobre los hijos, en especial, cuando son únicos».

Factor irritante

Otro de los factores de riesgo que explica el incremento de pacientes alérgicos es la polución. Sobre esto, Javier Cuesta, de la Jiménez Díaz, de Madrid, comenta que «la contaminación es irritante y produce daño del epitelio respiratorio, lo que facilita el contacto de los alérgenos con el organismo». Sin embargo, un reciente estudio, realizado a 4.000 niños de Estocolmo, asegura que la exposición de niños menores a un año a la polución hace que corran un alto riesgo de desarrollar asma, alergia al polen y fallos respiratorios.

En concreto, los resultados muestran que los niños que fueron expuestos a altas concentraciones de polución (los niveles de contaminación fueron medidos en sus viviendas) tuvieron un 60 por ciento más de riesgo de sufrir síntomas de asma.

Además, influyen como factores de riesgo otras costumbres asociadas a la modernidad, como son la incorporación de nuevas plantas con fin decorativo que se pueden encontrar en parques y jardínes urbanos, en particular las especies arizónicas y cupresáceas, así como la incorporación de alimentos exóticos a la dieta (como el mango y la papaya).

A este panorama se une el hecho de la escasez de lluvias en invierno y la concentración de altas temperaturas, que favorecen un empeoramiento de la evolución clínica de los alérgicos.

Expertos piden que la rinitis y el asma se traten como una enfermedad global

La rinitis y el asma son las patologías más prevalentes entre los pacientes alérgicos, y aunque el asma se trata de manera más efectiva, expertos consultados por F&I aseguran que aún queda mucho por hacer en el campo de la rinitis.

La causa de esta desigualdad se produce, según Joaquim Mullol, del Hospital Clínico de Barcelona, «porque incluso entre los profesionales se considera una enfermedad banal». Sin embargo, destaca que ambas patologías se deben tratar como «una enfermedad global», ya que está demostrado que «la rinitis es un factor de riesgo para la aparición del asma».

Para Francisco Feo Brito, jefe de Alergología del Hospital General de Ciudad Real, es especialmente relevante la asociación entre la rinitis y el asma. «Los tejidos nasal y bronquial muestran una misma estructura y en su fisiopatología participan las mismas células y comparten los mismos mediadores de la inflamación», y añade que «los datos epidemiológicos ratifican esta relación; así, el 80 por ciento de los asmáticos presenta también rinitis alérgica y ésta triplica el riesgo de padecer asma, además de duplicar las visitas a urgencias en pacientes asmáticos».

Tratar los síntomas

El arsenal terapéutico diponible para estas patologías parte de cuatro pilares, que son la educación del paciente, la evitación, los tratamientos farmacológicos que se dirigen a los síntomás y, en último término, la terapia inmunológica.

El tratamiento sintomático de la rinitis incluye antihistamínicos orales. «Todos tienen un mismo efecto, con mayor o menor intensidad, pero no todos son iguales», resalta Feo Brito. Por este motivo, la elección del antihistamínico es muy importante debido a sus posibles efectos adversos. Y es que algunos pueden producir somnolencia y alterar la capacidad de respuesta en la conducción o la pérdida de concentración.

Además, en la elección del fármaco hay que tener en cuenta que la respuesta es individual, ya que algunos pacientes sólo toleran (sin somnolencia) uno o dos antihistamínicos entre los disponibles. Si persisten las molestias nasales se añaden al tratamiento los corticoides tópicos.

Investigaciones en curso
Los avances que vienen

Siglec 8, una proteína con la que se podría controlar el asma

Investigadores de la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, Estados Unidos) han encontrado en un reciente estudio una proteína (Siglec 8), presente en algunas células inmunes, que interrumpe el mecanismo por el cual se expulsan las sustancias que provocan reacciones adversas. Este hallazgo podría guiar al desarrollo de nuevos tratamientos para una amplia gama de reacciones adversas, que van desde la fiebre del heno hasta ataques asmáticos potencialmente mortales.

Los investigadores señalan que desarrollando fármacos contra la proteína, presente en un amplio abanico de células, se avanzaría, ya que los fármacos actuales están enfocados en un tipo de célula concreta.

Hallan una proteína para luchar contra la anafilaxia

La proteína RGS13, presente tanto en humano como en ratones, podría suprimir las reacciones alérgicas, según un estudio preclínico realizado por el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos. Esta proteína se expresa en sólo un limitado número de células, incluyendo los mastocitos del sistema inmune, muy importantes en las reacciones alérgicas.

Según Anthony Fauci, investigador principal del estudio, este descubrimiento abre nuevas dianas farmacológicas para prevenir y tratar reacciones alérgicas, sobre todo en el caso de la anafilaxia, una reacción alérgica grave que afecta a todo el cuerpo y que puede producir dificultades para respirar, pérdida del conocimiento e incluso la muerte si no se trata inmediatamente.

Nanoinmunología aplicada a la lucha contra la alergia

Una nano-estructura compuesta de 60 átomos de carbono (buckyball) desarrollada por investigadores de la Universidad de Virginia, Estados Unidos, podría ser efectiva en el desarrollo de nuevas terapias para tratar la alergia, según demuestra un estudio in vitro. Estos científicos aseguran que la estructura inerte y estable «consigue interrumpir la respuesta inmune a la alergia inhibiendo un proceso celular que encabeza la liberación del mediador alérgico».

Las buckyball permiten prevenir en los mastocitos la liberación de una histamina. Los mastocitos son los responsables de la respuesta alérgica y están compuestos de gránulos de histamina. Cuando los mastocitos se activan, substancias inflamtorias como las histaminas, la heparina y un número de citoquinas son rápidamente introducidas en el torrente sanguíneo, promoviendo la respuesta alérgica.

Identifican una molecula ‘vital’ en la resistencia a alergias a alimentos

Un equipo de investigadores del Instituto de Investigación Alimentaria de Reino Unido afirman haber encontrado una molécula vital para la resitencia a alergias por alimentos que «ofrece un potencial enorme en la búsqueda de nuevas dianas farmacológicas».

Claudio Nicoletti, director del estudio, señala que esta molécula ayuda al sistema inmune a responder frente a células extrañas. Nicoletti explica a F&I que «este tipo de células organiza el sistema inmune y juega un papel central en la reacción alérgica, en particular produce menor cantidad de la proteína llamada interleuquina 12 (mediador de los procesos inflamatorios) en el sistema inmune». En la actualidad, señala, se encuentran desarrollando aplicaciones farmacológicas para este proceso.

Estrategias de la Unión Europea

Redes, acciones, plataformas y proyectos de investigación puestos en marcha por la Unión Europea para investigar sobre la alergia y las patologías relacionadas.

1. Plataforma Ecrhs
La primera plataforma de investigación de la UE se creó en el año 2002 con el nombre The European Community Respiratory Health Survey (Ecrhs). Su objetivo es el estudio de los mecanismos que genera el asma grave y el abordaje de los biomarcadores para las enfermedades respiratorias también consideradas graves.

2. ‘GAL2EN’
La Red Europea de Asma y Alergia (GA2LEN) es un consorcio que reúne a las 25 principales centros europeos de investigación, en los que están incluidos más de 500 investigadores especializados. Actualmente elabora el mayor estudio de epidemiología, con 110.000 adolescentes y adultos de la población europea.

3. ‘EuroPrevall’
EuroPrevall es un proyecto que reúne a más de 53 centros de investigación para investigar las interacciones entre la ingesta de alimentos, el metabolismo, el sistema inmunológico, antecedentes genéticos y los factores socioeconómicos. Su objetivo es gestionar las alergias a los alimentos de manera efectiva.

4. EuroFir
The European Food Information Resource Network (EuroFir) es el primer panel europeo de alimentos de la UE. Elabora un banco de datos sobre alimentos para el estudio de los mismos y en él están incluídos 46 universidades, institutos de investigación y las pequeñas y medianas empresas de 25 países europeos.

5. Proyecto ‘Gabriel’
Gabriel es una plataforma que involucra a más de 150 científicos de 14 países europeos y utiliza las últimas investigaciones a través de una variedad de disciplinas, tales como la genética, la inmunología y la epidemiología para identificar los factores clave en el desarrollo de asma.

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