Pamplona se trasnforma en una gran fiesta y un gran hospital

Pamplona se trasnforma en una gran fiesta y un gran hospital

(PD).- Pamplona se trasforma los nueve días en los que rinde homenaje a San Fermín. Las fiestas del patrón atraen a más de un millón de personas de todo el mundo que disfrutan del ambiente de celebración, sobre todo de los encierros y de las reuniones nocturnas.

El Servicio Navarro de Salud, en colaboración con la Cruz Roja y varias entidades locales, pone en marcha un dispositivo asistencial extrahospitalario capaz de atender una cornada en menos de treinta segundos y de trasladar a un paciente al hospital en menos de diez minutos si su gravedad es extrema.

La asistencia depende del lugar en el que se produzca el incidente, ya que el recorrido lo cubren las unidades del Servicio Navarro de Salud, de la Cruz Roja y de la asociación Detente y Ayuda (DYA), con la coordinación del 112. Mientras, los incidentes que tienen lugar en la plaza son responsabilidad del equipo asistencial organizado por la Casa de Misericordia, que es la propietaria del coso.

El transcurso desde el corral hasta la plaza, de dos minutos aproximados de duración para recorrer algo menos de un kilómetro de distancia, cuenta con puestos medicalizados cada 50 metros para garantizar la prestación de la asistencia en menos de treinta segundos.

Como explica José Mª Juárez en Diario Médico, el servicio de emergencias 112 cuenta con un helicóptero para agilizar los traslados y cámaras de vigilancia para avisar de posibles urgencias médicas que se produzcan en este tramo, «aunque son los propios profesionales, que están pendientes en el vallado, y los mozos los que antes se percatan de los incidentes».

Contusiones
Estos accidentes son en la mayor parte de los casos «traumatismos como contusiones, cortes y luxaciones, con un promedio de 5,3 en cada encierro, y cornadas -1,4 de media según las estadísticas recogidas entre 2002 y 2007- que no tienen un alcance mortal desde hace diez años, aunque sí dan lugar a muchas lesiones, especialmente los denominados puntazos, que pueden parecer poco graves inicialmente pero después…».

El agotamiento y la ingesta de alcohol aumentan la probabilidad de este tipo de heridas que el personal sanitario atiende en la mayor parte de los casos de forma voluntaria, aunque «cada hora de trabajo se paga como si el médico estuviese de guardia -21,64 euros-«.

Todo este despliegue se produce hasta que toros y mozos han llegado a la plaza. A partir de ahí, cuando se abren las puertas del albero, la responsabilidad asistencial se traslada a un equipo compuesto por tres cirujanos generales, dos traumatólogos, un cirujano vascular, tres anestesiólogos, un radiólogo, un hematólogo y cuatro enfermeros coordinados por el también traumatólogo Ángel Hidalgo.

Intoxicaciones etílicas

La otra causa por la que se suele requerir atención médica en San Fermín es el abuso de alcohol y otras sustancias adictivas. No todo son cornadas, y para atender este tipo de necesidades, que se producen en igual proporción durante la noche y el día, el SNS cuenta con un dispositivo de asistencia específico en el Centro Sanitario Doctor San Martín.

Coloquialmente denominada «Coctelera», esta unidad comenzó a funcionar en la década de los 90 del siglo pasado en el Colegio Vázquez de Mella por iniciativa de Protección Civil, de la Cruz Roja y del Ayuntamiento de Pamplona, aunque desde este año, según Zubiaur, «dependerá del SNS debido a la escasez de especialistas que afecta a toso el Sistema Nacional de Salud y a la mayor capacidad para atraer profesionales que tiene la Administración autonómica».

Funciona las 24 horas del día -ininterrumpidamente desde las ocho de la mañana de ayer hasta las ocho, también de la mañana, del próximo martes 15 de julio- y a pesar de su nombre, sólo cuatro de cada diez pacientes que son atendidos en esta unidad reciben asistencia por ingerir demasiado alcohol. Los seis restantes «acuden con traumatismos que se resuelven con inmediatez en la práctica totalidad de las situaciones».

Los últimos datos de los que dispone la Cruz Roja sobre la actividad de este dispositivo indican que en 2003 se realizaron 689 intervenciones, de las que 32 corresponden a menores de edad. Esta cifra experimentó un descenso al año siguiente en 41 incidencias, aunque creció la proporción de menores atendidos en veinte casos.

Con la actividad de este centro de curaciones -que dispone de cuatro puestos de observación y de un laboratorio para realizar pruebas diagnósticas-, se evita, según cuncluye Zubiaur, la saturación de los servicios hospitalarios y se reduce el gasto al sistema público, «puesto que la atención extrahospitalaria resulta más coste-efectiva».

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído