(PD/BBC Mundo).- Todo comenzo por la obsesión de no pagar impuestos. Procter & Gamble Co, fabricante de las Pringles, alegó en Reino Unido que su producto estrella no son patatas fritas y por tanto no debe estar sometido a las tasas que gravan el humilde tubérculo.
Citó como argumentos que las cualidades organolépticas de las Priongles son distintas a las de las patatas, cotienen sabores ajenos a la patata, y vienen en tubo y no en bolsa.
Ahora un juez le ha dado la razón y Procter & Gamble Co no tendrá que pagar los impuestos correspondientes a las patatas fritas (el 17,5%).
El artículo de la Wikipedia ya ha sido actualizada, y aparentemente las Pringles son «un pastel» (cake)