(PD).- Un encuentro fortuito durante el Chupinazo con el que dieron comienzo el pasado 6 de julio los Sanfermines de Pamplona acabó en tragedia.
La joven de Irún de 20 años Nagore Laffage Casasola y el pamplonés José Diego Yllanes Vizcay, de 27 años, no se conocían, pero sí tenían un vínculo: ambos trabajaban en la Clínica Universitaria.
Él como médico residente en Psiquiatría, ella como enfermera en prácticas en Oncología, según informan los medios locales.
¿Qué pasó después? Aún se desconocen los detalles. La joven guipuzcoana fue encontrada muerta al día siguiente en la localidad navarra de Orondritz. Había sido estrangulada y presentaba diversos golpes en la cabeza.
Según recoge el Diario de Navarra, su cuerpo fue hallado en un saco de plástico, vestía de pamplonica y tenía amputado un dedo índice, al parecer para dificultar su identificación.
Fuentes oficiales han indicado a Efe que el criminal también despojó a la joven de las joyas que llevaba puestas así como de alguna tarjeta de crédito y todo ello, junto con el dedo, lo ocultó en un lugar distante unos 80 metros del punto donde fue encontrado el cadáver.
Antes de que fuera hallada, la Policía Foral ya estaba al corriente de que se podía haber producido un homicidio. Una persona había llamado notificando el crimen antes de que un vecino hallara el cadáver de Nagore Laffage. La llamada la hizo una persona a quien el detenido le había hecho algún comentario.
La búsqueda del autor se dirigió primero al domicilio de éste en Pamplona y al de la víctima, hasta que finalmente fue arrestado en la madrugada del martes en el domicilio de su familia en la localidad de Erro, cercana al lugar donde se encontró muerta a la joven.
Se cree, sin embargo, que el crimen se cometió en Pamplona, en una vivienda de la calle Iturrama, desde donde se trasladó el cadáver hasta Orondritz.
Consternación en Pamplona
La noticia ha causado gran consternación en la Clínica Universitaria, donde el personal sanitario calificaba al presunto homicida como un hombre «muy normal, trabajador y que mantenía buenas relaciones con los pacientes», según relata el Diario de Noticias.
El rector de la Universidad de Navarra, Ángel J. Gómez, ha afirmado en nombre de la institución en un comunicado sentirse «profundamente apenados por esta pérdida, en circunstancias que producen nuestra mayor repulsa, y nos unimos al dolor de la familia de Nagore.
Autoridades navarras y representantes de diferentes organizaciones sociales de la Comunidad Foral se concentraron ayer en la plaza del Vínculo de Pamplona para mostrar su repulsa del crimen y hoy está convocada una manifestación en la capital navarra.
Las investigaciones están siendo dirigidas por el titular del juzgado número 2 de Aoiz, quien mantiene el secreto de sumario sobre la causa. El Ayuntamiento de Irun ya ha anunciado que se personará como acusación particular en la causa.
