(PD).- Los participantes del curso Muerte digna, asistencia ante la muerte, celebrado esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), han suscrito este viernes un manifiesto, con el que pretenden iniciar una campaña para solicitar la despenalización del suicidio asistido y la eutanasia.
El ex coordinador del servicio de Urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid) Luis Montes ha sido el encargado de dar a conocer hoy a los medios de comunicación el denominado Manifesto de Santander por una muerte digna, a través del que se pedirá el cambio del artículo 143.4 del Código Penal.
El artículo 143 recoge la inducción al suicidio, un delito castigado con penas que van desde los cuatro hasta los diez años de prisión. Su punto 4 dispone que si alguien coopera activamente a la muerte de otra persona por petición expresa, seria e inequívoca de ésta, en caso de que la víctima sufriera una enfermedad grave que iba a conducir de forma necesaria a su muerte o le producía padecimientos permanentes y difíciles de soportar, será castigado a una pena inferior en uno o dos grados a la prevista para este delito. Con el manifiesto, los integrantes del curso, entre ellos profesionales sanitarios, expertos en Derecho y filósofos, iniciarán una campaña por los medios de comunicación, la sanidad española, artistas y escritores para conseguir su objetivo de despenalizar el suicidio asistido y la eutanasia.
Montes, que ha dirigido el curso de la UIMP, ha leído un resumen del manifiesto, en el que se señala que «todo ciudadano tiene derecho al alivio del sufrimiento al final de su vida mediante la asistencia paliativa de calidad respetuosa con sus valores y sus creencias, expresados en el testamento vital». «El paciente tiene derecho a recibir información veraz sobre su proceso de enfermedad, a rechazar un tratamiento, a limitar el esfuerzo terapéutico y a elegir entre las opciones disponibles como la sedación terminal», añade el texto. En el manifiesto también se considera que es responsabilidad de los políticos «conocer de manera fehaciente cómo mueren los pacientes, garantizar el libre ejercicio de estos derecho y promover un debate sobre la eutanasia y el suicidio médicamente asistido de personas que al final de su vida padecen, a pesar de los cuidados paliativos, un sufrimiento insoportable».
Nueve puntos
El escrito, que cuenta con nueve puntos, pide a los políticos que inicien este debate «de forma seria, responsable y sosegada» y que creen una comisión en el Congreso de los Diputados para estudiar este asunto. Los firmantes del manifiesto solicitan además a los ciudadanos que se impliquen en este debate, que, a su juicio, «les concierte muy directamente». También abogan por la participación en esta cuestión de filósofos, profesionales sanitarios, juristas, teólogos, personalidades de la cultura, científicos, investigadores y medios de comunicación. Los promotores de este texto creen que es el momento para «desmitificar la realidad de la muerte», tanto en la sociedad como en el ámbito sanitario y «hacer pedagogía positiva de la misma». «Animamos a las diferentes personas, instituciones, medios u otros a adherirse al presente comunicado», añade el texto, en el que se incluye un espacio para recoger las primeras firmas de apoyo al manifiesto.
