NEFROLOGÍA

INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA


(Dr.Bartolomé Beltrán).-

La Insuficiencia Renal Crónica no provoca síntomas, hasta que la afección llega a estadios muy avanzados por lo que la detección precoz es complicada si el paciente no se hace revisiones habitualmente.

A través de análisis de sangre y orina, se puede conocer el grado de funcionamiento de los riñones y por lo tanto, ver si la persona que ha acudido al médico puede reunir indicios de padecer una IRC. Por eso el primer caso es acudir al médico aunque no haya sintomatología.

Una vez diagnosticada la Insuficiencia el especialista determinará el grado. En el caso de que sea terminal, la única solución es la diálisis o el trasplante. Será el nefrólogo el que valorará el momento de iniciar el tratamiento más adecuado, pudiendo ser inmediato o esperar un tiempo en un estado llamado prediálisis.

El médico determinará, individualmente, los cuidados necesarios en este momento, en función de cada paciente. Sin embargo, y en general, habrá limitación de la ingesta de sal para el control de la tensión arterial, y una limitación de la ingesta de proteínas que nos permitirá alargar, en muchos casos, el estado de prediálisis.

En este periodo, también, los pacientes deben tomar conciencia sobre las diversas técnicas de diálisis para que llegado el momento puedan elegir, junto con las recomendaciones de nuestro médico, por la que mejor se ajusta a nuestras características tanto biológicas, como individuales y sociales.

La elección de una técnica de diálisis, entre las dos que se nos ofrecen (hemodiálisis o diálisis peritoneal) depende de múltiples factores pero hay que tener claro que ambas son efectivas. El médico será quien nos aconseje mejor.

HEMODIÁLISIS. ANTES Y DURANTE EL TRATAMIENTO.

El paciente con insuficiencia renal siempre debe comprobar la medicación que debe tomar y no tomar nada que no haya sido valorado por su nefrólogo. También debe informar siempre si tiene que acudir a algún otro especialista (dentista, podólogo), por si necesita alguna preparación especial

Durante la hemodiálisis es necesario poner heparina (anticoagulante), por lo que al finalizar el tratamiento es más fácil sangrar.

Nunca se debe ir en ayunas, pero tampoco es positivo comer excesivamente antes del tratamiento. Durante el mismo se puede comer algo ligero.

Al llegar se pesará y se programará la máquina para extraer el líquido que le sobrar; una pérdida muy importante puede ocasionarle molestias. El paciente debe procurar no aumentar excesivamente de peso entre sesiones.

Habitualmente la hemodiálisis se tolera bien y puede distraerse o dormir, incluso puede comer algo ligero, pero, ocasionalmente, puede sentir alguna molestia. El paciente debe avisar a las enfermeras si nota: mareos, dolor de cabeza, opresión en el pecho, picores o cualquier otra molestia.

Consultemos lo antes posible cualquier problema en el periodo entre dos diálisis, si por cualquier situación importante debe acudir a urgencias, infórmeles de que se somete a tratamiento en esta unidad.

El tratamiento hará que el paciente se sienta mejor y desaparecerán muchas molestias por lo que debe procurar llevar una vida activa y hacer el ejercicio adecuando a su situación física. Si quiere viajar, su nefrólogo le ayudará a concertar el tratamiento en otro lugar.

CUIDADO DEL CATÉTER

Mantener el catéter cubierto, tal y como lo ha dejado la enfermera después de la hemodiálisis. El paciente nunca debe manipularlo, si le pica, tiene fiebre o nota molestias debe acudir al especialista para que lo revisen Únicamente puede tocarlo si sangra, pero sólo lo necesario para encontrar el punto y hacer presión sobre él o doblar el catéter e inmediatamente acudir al hospital.

El paciente siempre debe mantener una buena higiene corporal pero es conveniente que tenga cuidado con la ducha para no mojar el vendaje o que lo proteja con un plástico.

No se debe llevar ropa apretada ni bolsos o cualquier tipo de peso en el brazo del catéter para evitar estirones, golpes o movimientos bruscos de la zona.

EDUCACIÓN SANITARIA.

La educación para la salud tiene como finalidad promover la salud y prevenir la aparición de enfermedades. La educación del paciente es una prevención secundaria, dirigida exclusivamente a los individuos afectados por una enfermedad crónica.

La educación al paciente crónico tiene una doble finalidad. Por un lado, capacitar al paciente en la vigilancia del tratamiento y la prevención de las complicaciones derivadas de su propia enfermedad. Por otro lado, que el paciente alcance el mayor grado de autonomía respecto a la dependencia de los servicios asistenciales. Para ello, es fundamental que el paciente acepte su enfermedad.

Entre los componentes de la educación sanitaria habría que citar:

* La formación de actitudes (autoestima, cooperación y adaptación).
* Enseñanza de procedimientos (auto-observación, autocontrol, habilidades y destrezas.
* El aprendizaje de principios (alimentación adecuada y origen de una complicación) y datos (medicación concreta).
* La educación sanitaria tiene que ser dinámica, tener continuidad en el tiempo, ser bidireccional (debe existir intercambio de comunicación ente paciente y enfermería), debe contemplar mecanismos motivadores, debe adaptarse a las diferencias personales (formación y capacidades de cada persona).

En esta etapa previa a la diálisis, el paciente renal tiene que recibir educación sanitaria en los siguientes aspectos:

* Conocimiento sobre la Insuficiencia Renal Crónica.
* Tipos de tratamiento sustitutivos.
* Importancia de la administración de medicamentos y su conservación.
* Dieta personalizada.
* Hábitos de vida saludables
* Control de la tensión arterial.
* Controlar las posibles pérdidas sanguíneas.
* Realizar un plan de cuidados dinámicos.
* Recibir la asistencia social y psicológica que precise.

LA DIETA EN LOS PACIENTES CON ENFERMEDAD RENAL.

El exceso de líquido se acumula en el organismo y puede provocar graves problemas, por eso la cantidad de líquido que beba no debe ser superior a medio litro más de la cantidad que orine al día. Para ajustar los líquidos procure:

* Limitar los alimentos de alto contenido en líquido (sopas, frutas, yogurt). Es preferible tomar la carne y el pescado a la plancha y el pan tostado.
* Llenar una botella con la cantidad de agua que puede tomar al día, procurando repartirla, tomarla fría y a pequeños sorbos. Si se toma otro líquido como sopa o una infusión deseche una cantidad similar de la botella; esto le ayudará a ser consciente de lo que bebe.
* Para paliar la sequedad de la boca, se pueden utilizar enjuagues bucales, rodajas de limón, trocitos de hielo y chicles sin azúcar.
* Se debe reducir la sal y evitar los alimentos que de por sí sean salados como embutidos, salazones, concentrados para caldo, alimentos preparados o enlatados, ya que producen sed y retención de líquidos.
* Para dar más sabor a las comidas se puede sustituir la sal por especias como el comino, pimienta, azafrán, pimentón, hierbas aromáticas, limón, vinagre, ajo (en poca proporción) y cebolla. Nunca se debe cocinar con sales de régimen ya que contienen potasio.

El exceso de potasio puede producir serios problemas musculares y cardiacos, por lo que hay que tener cuidado con los frutos secos y sus derivados (mazapán), las verduras, el tomate (frito, fresco y ketchup), las hortalizas, el chocolate y las legumbres.

El potasio se disuelve fácilmente en agua, por lo que los procesos de remojo, hervido y congelado de los alimentos disminuyen su cantidad. Para ello se recomienda:

* Cortar las verduras, frutas o patatas muy finas y dejarlas en remojo unas horas, cambiando el agua un par de veces.
* Al cocer las legumbres, patatas, verduras y hortalizas, se debe cambiar el agua de cocción al menos una vez. Además, se recomienda consumir estos alimentos con moderación. La patata se podrá tomar hervida o en puré, no frita.
* La verdura es mejor tomarla congelada, ya que pierde potasio en el proceso de descongelación.

Se recomienda tomar sólo una pieza de fruta/ 100 grs. al día. Las frutas se pueden tomar en almíbar o compota.

No incluir nunca en la dieta el líquido resultante de hervir frutas o vegetales, pues en éste se encuentra el potasio.

Elegir el aceite de oliva como grasa de elección.

Restringir los alimentos fritos. Se recomienda cocinarlos hervidos y a la plancha.

No abusar de los dulces.

Reducir al máximo el consumo de café y alcohol.

Los alimentos que aparecen en la siguiente lista deben limitarse porque contienen fósforo y un exceso de este mineral ocasiona molestos picores y problemas óseos.

* Algunos pescados (sardinas, salmón).
* Vísceras de animales (hígado, sesos).
* Lácteos (queso, yogurt, helados, leche, leche en polvo), especialmente los descremados.
* Legumbres (tomar sólo una vez a la semana).
* Chocolate, frutos secos, cereales integrales.

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