La leche desaparece de las tiendas y los restaurantes tras el escándalo de adulteración

(PD).- Las tiendas y cafeterías de China se están deshaciendo de sus partidas de leche después de que la pasada semana se desvelara el escándalo de leche adulterada que se ha cobrado la vida de por lo menos cuatro bebés y afecta a más de 6.000, de los que 158 padecen fallo renal grave.

Los 200 establecimientos que la cadena multinacional de cafeterías Starbucks tiene en China están ofreciendo leche de soja en lugar de la habitual de vaca, de la marca Mengniu, una de las mayores del país y entre las 22 empresas implicadas en la adulteración de leche en polvo y líquida con el químico melamina.

«A pesar de que la leche que recibimos de Mengniu no está incluida en los lotes contaminados, debido a la grave naturaleza de esta situación, Starbucks ha decidido de forma voluntaria retirar los productos de Mengniu hasta nuevo aviso», señaló la firma, citada por el diario independiente «South China Morning Post».

Las principales marcas implicadas, como Mengniu, Yili, Sanlu y la shanghainesa Guangming (Bright Dairy, que hasta el año pasado pertenecía a Danone), han emitido comunicados invitando a los consumidores a devolver aquellos productos con los que no están satisfechos, incluso aquellos no contaminados.

Mientras la agencia oficial Xinhua señala que el Ejecutivo chino, liderado por el presidente Hu Jintao, ha anunciado duros castigos contra los responsables de este nuevo escándalo de seguridad alimentaria, la prensa independiente arroja cada día nuevos datos sobre otros posibles afectados por esta extendida práctica.

Según el diario provincial electrónico «Daily-Dajiang Net», un quinto bebé falleció el 16 de julio en la provincia oriental de Jiangxi tras ingerir 20 latas de leche en polvo infantil de la marca Sanlu, la que presenta hasta ahora los niveles más altos del químico tóxico.

El bebé, cuyo nombre es Cai Chong, no ha sido confirmado como la quinta víctima mortal de esta crisis, pero según esta misma fuente, el pequeño, de seis meses, fue diagnosticado el 5 de julio de fallo renal, el síntoma que presentan los afectados por ingesta de melamina, una enfermedad inusual a esa edad.

Añadida a la leche, la melanina engaña a los niveles de proteína en los controles de calidad que pasan los productos lácteos.

El padre del bebé señaló que había comprado 24 latas de leche en polvo Sanlu porque sus amigos le dijeron que era una marca de fiar.

Mientras tanto, el «South China Morning Post» desveló hoy que las prácticas irregulares en la venta de leche duró hasta esta semana en la región de Mongolia Interior, donde Yili y Mengniu tienen sus plantas productoras.

El rotativo contactó con los intermediarios que venden la producción de los granjeros a estas firmas, consideradas las de mejor calidad del país y una de ellas, Yili, suministradora de los Juegos Olímpicos de Pekín, y éstos reconocieron que desde hace 3 años venden más barata la leche que no cumple con las normas sanitarias.

«Cuando la leche no pasaba el control de calidad, me enviaban a un lugar diferente y me pedían que la descargara en un contenedor», señaló uno de estos vendedores, quien reconoció que esta semana las plantas no han aceptado su producto «con descuento».

Mientras la leche de buena calidad se vende a 2,85 yuanes el kilo (0,41 dólares o 0,28 euros), la mala se paga a 1,9.

Los directivos de Mengniu dicen desconocer estas prácticas y aseguran que están llevando a cabo una investigación, pero los consumidores se preguntan por qué las partidas destinadas para los Juegos de Pekín y para la exportación no están adulteradas.

Una vez más los productos fabricados en China, uno de los principales países exportadores, vuelven a estar en el punto de mira después de que el año pasado se produjeran intoxicaciones debidas a mercancías tóxicas producidas en el país asiático que fueron exportadas a otros países.

Agencia EFE

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído