El frío de la soledad

(PD/BBC Mundo).- La soledad y el frío son dos temas que generalmente aparecen asociados en el lenguaje cotidiano. Sin embargo ahora, un grupo de científicos canadienses descubrió que existe un vínculo entre el aislamiento social y la sensación de frío.

El equipo de la Universidad de Toronto llegó a la conclusión de que cuando la gente se siente excluida percibe la habitación en la que se encuentra más fría que aquellos que se sienten integrados.

Además, la gente que se siente aislada tiende a elegir -entre las cosas para comer o beber- una sopa caliente más que una manzana o un refresco.

Según Lesley Prince, un psicólogo británico, este hallazgo podría ser beneficioso para la gente que se siente sola, especialmente en los meses de invierno.

Experimentos

En el primer estudio 65 estudiantes fueron divididos en dos grupos.

A un grupo se le pidió que recuerde una experiencia en la que fueron excluidos, como por ejemplo el ser rechazado de un evento o un club social.

Al otro se le solicitó recordar una situación en la que fueron aceptados.

Más tarde, los investigadores les pidieron que estimen la temperatura de la habitación en la que se encontraban.

Las respuestas fueron variadas, hubo quienes pensaron que estaban a 12º mientras que otros a 40º. El primer grupo fue el que registró las temperaturas más bajas.

En el segundo experimento los científicos les pidieron a 52 estudiantes que participen en un juego, en el que dejaron a un número de personas de lado.

Luego, les preguntaron qué preferían comer o beber: un café caliente, galletas, bebidas frías, una manzana o una sopa.

Los participantes menos «populares» optaron casi en su mayoría por sopa o café.

Los científicos creen que estas preferencias por comidas o bebidas calientes se deben a la sensación física de frío provocada por la exclusión del equipo.

Posibles terapias

«Ésta es quizás la razón por la cual la gente utiliza metáforas relacionadas con la temperatura para describir la inclusión o la exclusión social», señaló el Doctor Chen-Bo Zhong, director de la investigación.

El equipo sugiriere que este descubrimiento podría aplicarse para tratar a la gente que se siente triste o sola.

También sugiere que elevar la temperatura ambiente -por ejemplo- puede ayudar a la persona que no está bien de ánimo, del mismo modo que se utiliza la terapia de la luz para las personas que sufren del Desorden Afectivo Estacional (DAE).

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