Curar la miopía humana experimentando con pollos

Curar la miopía humana experimentando con pollos


(PD).- Un grupo de expertos del Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid investiga cómo prevenir y curar la miopía humana mediante los experimentos que realiza en pollos de laboratorio provocándoles este de defecto de la visión.

El uso de pollos en vez de otro animal responde a razones éticas -reguladas por un comité de la Facultad de Medicina- y biológicas, «debido sobre todo a que las aves necesitan el sentido de la visión para desarrollarse», lo que asegura que estos animales utilicen los ojos durante el proceso de desarrollo de la miopía.

Así lo ha explicado a Efe el profesor Jesús Merayo, coordinador del equipo investigador, quien ha añadido que el programa de ensayo con pollos recién nacidos busca averiguar cuál es el mecanismo que provoca que el ojo crezca y se convierta en miope cuando el animal es sometido a diferentes situaciones de visión borrosa.

Además de estos motivos, Merayo ha asegurado que los pollos-macho de gallinas ponedoras se suelen destinar en exclusiva a la elaboración de piensos, por lo que «no supone trabas éticas experimentar con ellos durante dos o tres semanas en beneficio de la investigación, para prevenir y curar enfermedades».

El ensayo empieza por «fabricar» pollos con un ojo normal y otro miope, lo que los científicos consiguen tapándoselo, administrándole fármacos o utilizando la misma cirugía láser que habitualmente se usa para operar de miopía a las personas.

El encargado de este grupo de investigación ha explicado que el proceso para inducir la miopía en los pollos consiste en exponerlos a una «situación forzada de visión de cerca, en la que el animal llega a desarrollar dieciocho dioptrías de miopía».

Para llegar a esa situación de miopía, según asegura Merayo, se les coloca a los pollos una serie de difusores en los ojos durante un periodo de dos semanas, lo que hace que las aves vean borroso en la retina, con el resultado de un defecto visual importante.

El objetivo de esta investigación experimental consiste en «obtener información sobre cómo cambia el ojo miope» cuando se expone a una situación de estas características, «para actuar de manera preventiva o curativa sobre este defecto de la visión, con el fin último de erradicarlo», según ha señalado el médico oftalmólogo.

Una de las líneas de investigación de este grupo se basa en el estudio de la capa más dura del ojo que le sirve de envoltorio para que no se deforme, la esclerótica, que en el caso de las personas miopes se ablanda, adelgaza y crece.

Merayo ha recordado que la miopía es un problema que puede calificarse como «urbano», debido a los hábitos de vida en las ciudades, tal y como se ha demostrado en varios estudios sobre el tema, que revelan que en Singapur, por ejemplo, el número de miopes alcanza al 75% de la población, mientras que en el Amazonas o Nepal es de un 1%.

En esta línea, en España existen pocos datos al respecto, aunque un estudio realizado por el IOBA ha revelado que en Segovia la prevalencia de miopía alcanza un 23% y en otras ciudades del norte de Europa llega al 40%, si bien todos los estudios apuntan a la posibilidad de que este defecto aumente en los años venideros.

El grupo de Cirugía Refractiva y de Calidad de Visión del IOBA está encuadrado en una red financiada por la Unión Europea (EUROPIA), en la que participan investigadores de varios países de este continente y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El IOBA, que se inició como proyecto en 1989 y comenzó a funcionar en 1994, prepara en estos días su traslado a unas modernas instalaciones en el nuevo el Campus universitario Miguel Delibes, en Valladolid, después de haber sobrevivido en unas angostas dependencias de la Facultad de Medicina.

Agencia EFE

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