(PD).- Un informe llamado «Deadly Dozen» (Docena mortal) se dio a conocer durante el Congreso Mundial de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza que se lleva a cabo en Barcelona del 5 al 14 de octubre, y que reúne a expertos en el tema procedentes de todo el mundo.
Los autores del documentos son miembros de la Sociedad para la Conservación de la Flora y la Fauna que han analizado una docena de patógenos que podrían afectar a animales y personas si las afectaciones y cambios ambientales continúan.
«Controlando la salud de la naturaleza podremos predecir dónde se centrará el foco de los problemas […] y planear cómo prepararnos», ha declarado Steven E. Sanderson, presidente de la asociación.
Pero, ¿cómo es que se favorecerá la transmisión de dichas enfermedades?, los expertos explican que los patógenos proliferarán y sobrevivirán más y, al mismo tiempo, aumentará la susceptibilidad de contraer una infección.
Además, los cambios de temperaturas y las alteraciones de los ritmos de las lluvias pueden llevar consigo una expansión de los patógenos que causan enfermedades que, hasta ahora, han estado más confinadas en determinadas áreas.
Las enfermedades que conforman la lista son:
1. Tuberculosis
2. Fiebre del Valle de Rift: la Organización Mundial de la Salud la define como «una zoonosis vírica que afecta principalmente a los animales, pero también puede llegar al ser humano». Cuenta con una alta tasa de mortalidad y morbilidad. El virus que lo causa, que suele transmitirse por las picaduras de mosquito, continúa presente en África subsahariana y el norte de África.
3. Enfermedad del sueño: transmitida por la mosca tse-tse, los rebaños son los que más suelen infectarse aunque el virus puede afectar también a las personas.
4. Mareas Rojas: toxinas generadas por determinadas algas que afectan a criaturas marinas y también son peligrosas para los seres humanos. «Las variaciones de temperaturas tendrán, sin duda, un impacto, de momento impredecible, en este fenómeno de la naturaleza», asegura el informe.
5. Gripe Aviar
6. Babebiosos: transmitida por garrapatas, afecta a animales domésticos, salvajes y seres humanos. Aunque no causa problemas graves, sí hace que el afectado sea más susceptible a otras enfermedades.
7. Cólera
8. Ébola: el virus se contagia generalmente por estar en contacto con los fluidos corporales de alguien infectado o con monos enfermos. El informe destaca que existen evidencias significativas de que los brotes de ambas enfermedades están relacionados con las variaciones inesperadas de las épocas de lluvias. Como el cambio climático influye en estas alteraciones, es probable que los brotes sean más frecuentes.
9. Fiebre amarilla: los mosquitos que transmiten este virus se concentran en distintas regiones africanas, de Centroamérica y Sudamérica. Los cambios de temperatura y las lluvias propician la llegada de estos insectos que suelen picar durante el día e infectar a monos y personas. Recientemente, Brasil y Argentina han registrado brotes con un gran impacto en la población de primates.
10. Parásitos intestinales: multitud de parásitos se transmiten a través de ambientes acuáticos. Los cambios en el nivel del mar y las temperaturas harán que muchos de ellos sobrevivan durante más tiempo y, como consecuencia, puedan infectar a un mayor número de individuos.
11. Enfermedad de Lyme: transmitida por una bacteria a través de las picaduras de garrapata, esta patología, al igual que otras transmitidas de la misma forma, puede ampliar sus fronteras debido al aumento de las temperaturas aptas para la vida de estos arácnidos.
12. Peste: la bacteria responsable de esta plaga tiene preferencia por las ratas y se extiende mediante las mordeduras de las pulgas que viven en estos roedores. Pero cuando estos animales escasean, no tienen ningún problema en morder también a las personas y, una vez que esto sucede, se contagian unos a otros por vía aérea.