(PD).-Más de la mitad de los padres que acuden a un especialista ante la sospecha de que su hijo padece un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) descubren que ellos son también víctimas de este mismo problema.
Así lo ha indicado hoy en una conferencia de prensa el doctor Alberto Fernández, jefe de Neuropediatría del Hospital Quirón de Madrid, uno de los veinte responsables de este área de distintos hospitales españoles, que participan en una investigación sobre una enfermedad que afecta a uno de cada diez niños mayores de 6 años.
Los expertos han coincidido en la necesidad de tratar a los padres para que la evolución de los pequeños sea más favorable y, con este objetivo, están elaborando un protocolo de actuación.
Fernández ha explicado que el primer paso sería diagnosticar el problema en los progenitores y ponerles en tratamiento farmacológico, porque deben ser valorados ‘más urgentemente’ que los propios niños.
En muchos casos, ha comentado el doctor Fernando Mulas, jefe de Neuropediatría del Hospital Universitario de La Fe, en Valencia, los padres tienen otras patologías asociadas como ansiedad, estrés o depresión, con una mayor prevalencia en el caso de las madres.
Mulas, coordinador de este grupo de investigación, ha relatado que el TDAH es una enfermedad que obedece a un desequilibrio de las sustancias neuroendocrinas cuyo origen es hereditario en un 85 por ciento de los casos.
Por lo tanto, en muchas ocasiones antes de tratar a los hijos es necesario analizar el estado de los padres porque ‘la mayoría’ sufren estos mismos desajustes.
Al tratarse los adultos primero, en su opinión, los pequeños evolucionarán en su pronóstico de forma más positiva, ya que se evitan cuadros de ansiedad familiar y reciben un mayor apoyo.
Los investigadores desarrollarán en primer lugar un estudio epidemiológico sobre TDAH, ya que la enfermedad está infradiagnosticada en España.
Un 20 por ciento de los niños con TDAH no están diagnosticados y, de los que sí lo están, en un 8 por ciento de los casos el cuadro es erróneo y padecen como patología principal otro trastorno diferente.
Los especialistas señalan que no basta con una entrevista personal sino que es importante la realización de pruebas clínicas complementarias de radioimagen, neuropsicofisiología y neurofisiológicas, para descartar que el niño sufre otras patologías diferentes como enfermedades metabólicas, epilepsia o lesiones cerebrales en el córtex prefrontal.
El siguiente análisis se centrará en la comorbilidad de la TDAH, ya que en el 87 por ciento de los casos está asociada con otras patologías tales como autismo; Trastornos Específicos del Lenguaje; Trastornos del Desarrollo de la Coordinación; depresión; retraso madurativo mental y Síndrome de Tourette, según estudio realizado por el citado centro valenciano.
En tercer lugar, se trabajará en el diagnóstico y tratamiento de los padres mediante un protocolo que incluirá encuestas, orientación y, finalmente, seguimiento médico y farmacológico.