Combatir para vivir

(Dr. Bartolomé Beltrán).- Hoy, vivimos tiempos de adversidades y ante el miedo o cuando tenemos que echar mano de la inteligencia emocional y responder ante situaciones adversas surge un concepto nuevo que no es otro que la resiliencia.

Miren ustedes, la psicología y la ingeniería de materiales, por muy extraño que esto parezca, tienen una cosa en común, el vocablo resiliencia. Una palabra que hace referencia al fenómeno por el cual los cuerpos retornan a su forma inicial después de haber estado sometidos a una presión que los deforma.

Activistas sociales, economistas, ecologistas y gente de bien buscan caminos para salir de la adversidad. La crisis económica pone a Séneca en el centro de la reflexión colectiva cuando dijo que «la adversidad vuelve sabio al hombre».

Elsa Punset en su libro «Brújula» dice que la resiliencia es un concepto que pretende explicar los numerosos testimonios vitales de personas -niños, adolescentes y adultos- que han logrado, a pesar de circunstancias vitales adversas o incluso dramáticas, seguir viviendo con fortaleza y coraje. Afirma el psiquiatra francés Michel Manciaux, especialista en resiliencia: «Todos conocemos niños, adolescentes, familias y comunidades que encajan conmociones, pruebas y rupturas; las superan y siguen viviendo -a menudo a un nivel superior- como si el trauma sufrido y asumido hubiera desarrollados en ellos, a veces revelado incluso, recursos latentes y aún insospechados».

Se trata de personas que en principio y de acuerdo a las reacciones de la mayoría deberían haberse tornado desconfiadas y resentidas o haber enfermado ante determinadas desgracias y traumas personales; ellas, en cambio, parecen capaces de utilizar sus experiencias emocionales para fortalecerse y transformarse.

Punset, en su libro de Aguilar matiza que esta capacidad de resistencia a la adversidad se consideró durante mucho tiempo como una respuesta extraña e incluso patológica, pero las investigaciones revelan ahora que la resiliencia es una respuesta ante la adversidad más común de lo que se pensaba y que no implica patología alguna, sino al contrario un saludable ajuste ante los reveses de la vida y la capacidad personal de no dejarse abrumar por las emociones negativas y estresantes.

El estrés continuado, en la mayor parte de las personas, provoca una respuesta defensiva, limita las capacidades cognitivas y dificulta la resolución de los conflictos. Las personas resilientes parecen capaces de lidiar con más templanza con los elementos estresantes y de controlar más eficazmente sus reacciones instintivas de miedo y autoprotección para encontrar una solución a los conflictos.

Como tal, la resiliencia puede considerarse una forma de autocontrol creativo porque implica el coraje de superar la adversidad sin renunciar a convivir con las emociones de forma intensa y libre. Seguro.

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