«No hemos hecho nada más que darle voz a Eluana», afirma su padre

(PD).- El padre de Eluana, Beppino Englaro, afirmó en declaraciones que reproduce el diario La Nación de Chile, «no hemos hecho nada más que darle voz a Eluana», al explicar su decisión de dejar morir a su hija de 38 años.

Englaro, que da por primera una entrevista para defender una posición que le ha costado insultos y descalificaciones, cuestiona la Iglesia Católica y las ideologías que han tratado de imponer en una historia que él ha vivido con más dolor que cualquiera.

Aunque el debate del caso comenzó en 1997, cuando Englaro inició la batalla judicial para desconectarla, la polémica saltó al mundo luego que después de 12 años la justicia diera curso a los deseos de la familia de la mujer que tiene 38 años y que ha pasado los 17 últimos conectada e hidratada artificialmente.

Este viernes comenzó el cese de alimentación e hidratación de Eluana, a la que se le suministran sedativos y antiepilépticos.

En su casa de Udine, en Italia el padre de la joven sigue con rabia y angustia el debate.

Sólo él recuerda que unas semanas antes de sufrir el accidente, su hija, asombrada por una historia similar de un amigo que quedó en coma profundo, les dijo qué debían hacer con ella si le pasaba algo parecido: «No a mí, recuérdenlo».

«Le provocaban horror estos casos al punto de decir que ella no lo aceptaría jamás», aseguró Beppino Englaro a quién las opiniones de los conservadores y las últimas declaraciones de Silvio Berlusconi lo habían hecho desistir de esta entrevista con el diario La Nación.

Al ser consultado por lo que significa tener a un ser querido en esas condiciones durante 17 años, respondió con otra pregunta: «¿Qué significa tener a una persona querida en estas condiciones durante 17 años después de que ella dijera tantas veces no querer permanecer en ese estado?».

Englaro insistió en que la decisión que tomó la determinó su hija, quien le había pedido a su esposa y a él ser protegida en el caso de que le sucediera algo análogo a lo que luego realmente sucedió.

«Conocía lo que puede suceder después de un accidente de tránsito: había visto a algunos amigos que habían sido sometidos a protocolos de reanimación de urgencia para sobrevivir en condiciones de total privación, enchufados a máquinas sin las cuales no podrían sobrevivir», añadió.

Sostuvo que a su hija le horrorizaba este tipo de supervivencia y que dijo más de una vez a sus padres, parientes y a amigas «que hubiese preferido morir antes que continuar viviendo en esas condiciones».

Englaro recordó que cuando esto le sucedió justo a ella, le pareció la cosa más natural del mundo intervenir y pedirle a los médicos que la dejarán ir desde un principio «desde que cinco días después del accidente quisieron practicarle una traqueotomía para enchufarla al respirador».

«Hemos pedido siempre sólo el respeto por la voluntad de Eluana y su manera de ser. No hemos hecho nada más que darle voz», reiteró.

Respecto de la Iglesia Católica Romana sostuvo que no debería pretender imponer sus creencias y sus valores que derivan de la fe a toda la comunidad, que esta compuesta por creyentes de diferentes religiones y por no creyentes.

Frente a la posibilidad de que se legisle debido a esta situación, Englaro anticipa que Eluana ha suscitado ciertamente un problema con el que la futura ley sobre el testamento biológico deberá confrontarse.

«Nosotros esperamos que se le deje al individuo, que ha quedado incapaz, la posibilidad de rechazar o suspender cualquier terapia, derecho ya garantizado a la persona capaz de entender y de querer. De lo contrario, se configura una forma inconstitucional de discriminación entre pacientes capaces y pacientes incapaces», sentenció.

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