(PD).- Mientras algunos creen que en la televisión actual hay algo que huele mal, la realidad muestra que en gran parte, esas voces tienen razón. Basura hay, pero sobre todo en forma de comida. Y es que, según el estudio de unos investigadores que luchan contra la obesidad infantil, dos terceras partes de los anuncios de televisión que aparecen en horario infantil son de ‘comida basura’.
Este informe, que está realizado a través del análisis de 11 países, muestra como Alemania y EEUU lideran este apartado con un 90%, mientras que Gran Bretaña y Australia ocupan los últimos lugares con aproximadamente el 50%.
Ante estos resultados, los investigadoresinstan a los gobiernos a que limiten este tipo de publicidad con el objetivo de combatir la obesidad. Bridget Kelly, investigadora de nutrición en el cancer Council NSW en Australia, ha asegurado junto a sus compañeros en el Congreso Europeo sobre Obesidad en Amsterdam que «internacionalmente, los niños están expuestos a grandes volúmenes de publicidad en televisión sobre comidas y bebidas poco saludables».
«La limitación de la comercialización de estos alimentos es una importante estrategia preventiva de la obesidad infantil», reafirma Kelly.
«Hay mucha atención en la comercalización de alimentos poco saludables como una influencia en la obesidad infantil y muchos gobiernos son reacios a regular. Así que la mayoría de los países en el estudio no tiene regulaciones sobre la publicidad de alimentos», confirma Kelly a través de una entrevista.
Los investigadores, que examinaron a los niños en Australia, Asia, Europa oriental y occidental, y América del Sur y del Norte, encontraron que los anuncios de comida ‘basura’, principalmente dedicados a la comida rápida, las golosinas y los productos lácteos con amplio contenido de grasa, aumentaban cuando los jóvenes eran más propensos a ver la televisión.
«Los niños ven alrededor de 4.000 a 6.000 anuncios de comida por televisión al año y, entre 2.000 y 4.000, son de comida poco saludable», asegura Kelly.
Y es que alrededor de 177 millones de niños y adolescentes menores de 18 años en todo el mundo tienen sobrepeso o son clinicamente obesos. Dentro de estas cifras, se incluyen 22 millones de obesos entre los niños menores de cinco años, según la International Obesity Task Force.
La obesidad aumenta el riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el corazón, problemas de tensión y circulación, y diabetes tipo 2. Los estilos de vida poco saludables incluyendo las diestas altas en calorías, la falta de ejercicio, y la vida sedentaria delante del televisor y del ordenador han contribuido al aumento de la obesidad infantil.