Un neoyorquino salva la vida pese a tener el corazón parado 45 minutos

El equipo médico del Hospital Presbiteriano Weill Cornell de Nueva York consiguió salvar la vida de un hombre de 56 años, que estuvo en parada cardíaca durante 45 minutos y que ya está fuera de peligro, informa el Daily News.

«Nunca he oído que un paciente que sufriera una parada tan larga hubiera sobrevivido y menos aún que hubiera podido abandonar el hospital. Se trata de un caso extraordinario», dijo al diario un portavoz de la Sociedad Estadounidense del Corazón.

Joseph Tiralosi, residente del barrio de Brooklyn, salió del hospital el pasado martes tras recuperarse del infarto que sufrió hace dos semanas y que hizo que su corazón dejara de latir durante tres cuartos de hora, un periodo de tiempo al que es muy poco probable sobrevivir, explicaron al diario los responsables del centro.

«Estaba al fin (de mi vida) y he podido volver. No podría pedir un final mejor. Agradezco enormemente al hospital que me devolviera la vida», dijo Tiralosi al rotativo neoyorquino, que lo considera el «hombre con más suerte de Nueva York», después que el equipo médico que lo atendió asegure que es «un milagro» que no muriese.

El doctor Flavio Gaudio, quien atendió a Tiralosi cuando llegó a la sala de urgencias del hospital, destacó que lo más destacable del caso es que el paciente no haya sufrido daño cerebral alguno, ya que es «extrañamente inusual» que alguien regrese «neurológicamente intacto» tras tener el corazón parado durante 45 minutos.

«Ha vuelto literalmente de entre los muertos. El corazón no le latía», dijo el doctor, quien explicó que Tiralosi, que trabaja como conductor y tuvo que detener su automóvil de camino al hospital y pedir ayuda, se desmayó a los pocos minutos de entrar en urgencias, «se puso azul y perdió el pulso».

Los doctores practicaron los procedimientos habituales de reanimación ante paradas cardiorrespiratorias, como compresiones en el pecho y el uso del desfibrilador, el aparato que aplica descargas eléctricas para restablecer el ritmo cardiaco.

Al comprobar que el paciente no reaccionaba, los doctores le aplicaron una solución para romper los coágulos de sangre que se formaron en sus vasos sanguíneos como «último esfuerzo», algo que funcionó y reanimó el pulso de Tiralosi. El neoyorquino pasó quince días en el hospital, pero aún debe guardar reposo, evitar esfuerzos y recuperar junto a su familia las fuerzas que perdió al sufrir el infarto, explicó el hospital.

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