¿Cumples los 11 pasos?

¿Sabes que te estás lavando mal las manos?…

Este pequeño acto está tan integrado en nuestra rutina que no somos conscientes de lo crucial que resulta

Aunque parezca que llevamos lavándonos las manos desde el pricipio de los tiempos, lo cierto es que no fue hasta el siglo XIX que el concepto de higiene de las manos fue creado.

Durante este siglo, diferentes profesionales fueron descubriendo los riesgos de contaminación de las manos sucias, un proceso que culminó en 1878, cuando Luís Pasteur presentó Teoría de los gérmenes y su aplicación en la medicina y la cirugía, a partir del cual, los científicos continuaron identificando bacterias y su relación con las enfermedades.

Hoy en día, este pequeño acto está tan integrado en nuestra rutina que no somos conscientes de lo crucial que resulta: tu salud depende de ello y sentimos informarte de que, probablemente, lo estás haciendo mal.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en países en vías de desarrollo podrían salvarse un millón de vida si su población se lavase las manos con jabón.

Con este sencillo gesto se contribuye a evitar un sinfín de enfermedades como la neumonía y la diarrea, las dos primeras causas de mortalidad infantil menores de cinco años en el mundo.

  1. Origen antiguo: Aunque el lavado de manos como práctica higiénica puede parecer moderno, tiene raíces antiguas. Civilizaciones como la antigua Roma y Grecia valoraban la limpieza personal y solían usar agua para lavarse las manos antes de las comidas.
  2. Ignaz Semmelweis: En el siglo XIX, Ignaz Semmelweis, un médico húngaro, observó que la tasa de mortalidad de las mujeres que daban a luz en los hospitales era mucho más alta en las salas atendidas por médicos que en las atendidas por parteras. Descubrió que esto se debía a la falta de higiene de las manos de los médicos, que no se lavaban después de trabajar en la sala de autopsias. Introdujo el lavado de manos con cloruro de calcio, lo que redujo drásticamente la tasa de mortalidad.
  3. Descubrimiento de la transmisión de enfermedades: La investigación de Semmelweis sentó las bases para la teoría germinal de la enfermedad y la importancia del lavado de manos en la prevención de la propagación de enfermedades infecciosas.
  4. Día Mundial del Lavado de Manos: En 2008, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el 15 de octubre como el Día Mundial del Lavado de Manos, con el objetivo de promover esta práctica y concienciar sobre su importancia para prevenir enfermedades.
  5. Técnica adecuada de lavado de manos: La OMS recomienda una técnica específica para lavarse las manos correctamente, que incluye mojar las manos, aplicar jabón, frotar las manos durante al menos 20 segundos, asegurándose de cubrir todas las superficies, y luego enjuagar y secarlas completamente.
  6. Impacto en la salud pública: El lavado de manos adecuado es una de las formas más efectivas y económicas de prevenir enfermedades infecciosas como resfriados, gripe, diarrea y COVID-19, además de reducir la propagación de bacterias resistentes a los antibióticos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) da las siguientes pautas para realizarlo correctamente.

¿Cumples los 11 pasos?

Lavarse las manos correctamente es un modo eficiente de evitar muchas infecciones. A través de las manos se pueden contagiar más de 200 enfermedades.

Además de las infecciones respiratorias y la diarrea, no lavarse las manos puede provocar otras enfermedades de transmisión feco-oral, como el cólera, las hepatitis, la disentería o la giardiasis, e infecciones virales, como las eruptivas, la conjuntivitis y las infecciones de boca y garganta, entre otras muchas.

De acuerdo a lo que dice el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) en el siguiente vídeo, las personas se tocan los ojos, nariz o boca alrededor de 25 veces cada hora.

Recomiendan lavarse las manos siempre antes y después de cocinar, cuidar a algún enfermo o hurgar en una herida; antes de comer y después de ir al lavabo, cambiar pañales, sonarse la nariz o cubrirse para estornudar, tocar a un animal o su comida y entrar en contacto con la basura.

Las manos son la parte de nuestro cuerpo más expuesta a contaminantes: desde el teclado de la computadora al dinero o los cajeros automáticos, pasando por los botones del ascensor o los carritos de la compra.

Uno de los más peligrosos es el teléfono móvil, cuya pantalla puede contener hasta 30 veces más que la tapa de un inodoro, según un estudio de la Universidad de Barcelona (España).

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Autor

Yéssica Salazar

Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo. Con Máster en Gerencia y Tecnologías de la Información. Con infinito amor por el periodismo y los medios audiovisuales que me han permitido conocer nuevos senderos, diferentes y desconocidos.

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