Hay de todo y dietas tan absurdas que te ponen los pelos de punta y que recomendamos encarecidamente no adoptar, porque te juegas la vida.
Karl Lagerfeld, ya fallecido y no por seguir su dieta, bajó en un año la friolera de 40 kilos.
Lo consiguió ingiriendo 10 CocaColas al día. Todas light.
Beyoncé, a fuerza de machacarse en el gimnasio y ponerse fina filipina a pizza Rebecca Harlington, consiguió bajar 10 kilos en 10 días
La sueca Greta Garbo, la bella de la mirada triste, tenía esos ojos del hambre que pasaba. Era capaz de pasar 3 semanas comiendo sólo espinacas y se hartaba de batidos de leche, melaza y levadura
Gwyneth Paltrow es una fanática del batido de col.
Victoria Beckham hizo dieta para perder los 25 gramos que cogió en uno de sus embarazos. La ex Spice Girl decidió seguir la dieta de los 5 puñados consistente en hacer 5 comidas al día pero restringiendo las cantidades. Básicamente sólo puedes comer la cantidad de comida que te quepa en la mano. De hecho, y para ser más exactos, lo que quepa en la palma de la mano abierta.
Liz Taylor, justo la antítesis de la anterior, comía todo lo que le apetecía. A saber: huevos revueltos y panceta para desayunar; bocadillo de mantequilla de cacahuete y panceta – esta actriz genial tenía sus obsesiones -; y ya para cenar, según su estado humor, o pollo o patatas fritas. Y se puso como una bola.
Cuenta la leyenda que Jackie Kennedy, la viuda del asesinado JFK, se alimentaba únicamente de una patata al horno acompañada de caviar Beluga y crema agria.
Marilyn Monroe cenaba siempre dos huevos crudos batidos con leche caliente.
Sophia Loren se alimenta básicamente de pasta.
Madonna está apuntada a la dieta macrobiótica – nada de pescado, carne, huevos y lácteos – y a las 4 horas que se pasa en el gimnasio con una entrenadora personal.
