Ya lo hemos dicho en publicaciones anteriores, y seguimos insistiendo en ello: lo llamativo es que sigan existiendo armarios en los que «esconderse»… A mi entender lo mejor que podemos hacer es no negar que no somos aún esa sociedad avanzada, abierta, tolerante e integradora que creemos ser; porque, en estos de los esquemas y prejuicios, como en todo en psicología, solo desde el reconocimiento explícito de los defectos, desde una óptima valoración y desde un examen de conciencia realista, puede iniciarse un trabajo de transformación y mejora.
Llamemos a las cosas por su nombre, sepamos verdaderamente por qué hay adolescentes que siguen pasándolo mal en determinados contextos por el mero hecho de sentirse atraídos por un hombre en lugar de una mujer o viceversa. ¿A qué obstáculos se enfrenta una persona homosexual en su libre desarrollo y expresión de su identidad sexual?
- Prejuicios derivados de la educación y de la tradición – Porque desde bien pequeñitos nos empapamos de esquemas sobre el mundo, tristemente plagados de mensajes homófobos, que integramos de manera implícita y que forman parte de las bases desde las cuales interpretamoss todo cuanto acontece a nuestro alrededor, desde las que reflexionamos y operamos.
Sería necesaria una verdadera educación en valores desde casa y desde la escuela a edades tempranas, para derribar de raíz todos los estereotipos de género con los que conformamos nuestra forma de pensar, y para que se promueva una verdadera igualdad.
- Amenazas veladas en el entorno laboral – Es el escenario de vida donde más se inhibe uno de airear cualquier información acerca de su orientación sexual y también donde se registra el porcentaje mas alto de personas que se han sentido discriminadas por su condición homosexual. Se calcula que más del 60% de personas homosexuales ha sentido discriminación implícita o explicación en su lugar de trabajo o en el seno de la organización que le contrata. Aquí la discriminación es especialmente palpable porque los comentarios homófobos son habituales y la persona se esconde por temor a que se deteriore su ambiente de trabajo o, incluso, por muy ilegal que sea, porque temer perderlo.
- Ideas machistas – Porque seguimos desarrollándonos con ideas arcaicas como telón de fondo sobre la masculinidad y la feminidad, lo que significa “ser hombre” o “ser mujer” desde un punto de vista tan rígido como desigual. Y en base a la categoría en la que entremos se depositan sobre nosotros una serie de expectativas que en muchas ocasiones son inalcanzables, con la frustración y el daño personal que eso conlleva. Esto permite que los estereotipos sigan perpetuándose…
¿Hasta cuándo? Hasta que no nos enseñen de verdad qué es la identidad de género y aprendamos de una vez que los roles sociales, la identidad de género y el sexo son conceptos bien diferentes y que unos no se asocian necesariamente a otros de manera prototípica.
- Escasos referentes sociales – Que hacen que la identificación con un referente sea más complicada para un homosexual que para un heterosexual. Aunque las cosas están cambiando mucho, todavía es necesario que en más ámbitos (como por ejemplo, el deporte) existan referentes homosexuales. Porque especialmente cuando uno es muy joven tiende a proyectar sus deseos y aspiraciones sobre una figura a la que idolatra e imita o, cuanto menos, le derive de guía y referente.
Cualquier personaje público ejerce una influencia sobre sus seguidores y puede servir de espejo en el que fijarse para emprender un proceso que hasta ese momento se había temido o que, sencillamente, se desconocía.
- Agresiones – Se viene detectando, en los últimos años, un preocupante u escandaloso aumento de agresiones al colectivo LGTB+. Cierto es que esta perversión es más visible, se ha alzado la voz de alarma, y también se han multiplicado las denuncias. Este tipo de noticias contribuyen a alimentar el miedo pero ni hay que sucumbir ante los homófobos violentos ni tampoco se puede generalizar: España, en concreto, está considerado como uno de los países más tolerantes del mundo con la homosexualidad.

