Aproximadamente el 10% de la población sufrirá un síncope a lo largo de su vida. Un mareo es la sensación de estar a punto de caerse y un desmayo, también conocido como síncope, es la pérdida súbita y breve de la consciencia donde la víctima se desploma, está inmóvil y sin fuerzas.
Los motivos para sufrir un mareo o un desmayo dependen de la situación en la que se encuentre el sujeto o idiopática, es decir, que la causa no puede determinarse, pero normalmente hay situaciones donde el riesgo es mayor como estar demasiado tiempo de pie, estar embarazada, levantarse de forma brusca, falta de hidratación o vivir emociones fuertes, entre otras.
Por ello, todo el mundo puede marearse o desmayarse, aunque es más común entre las personas mayores por problemas de circulación a esas edades.
Antes de un mareo o un desmayo
Las causas pueden ser diversas, pero la razón de esta pérdida del conocimiento se debe a que el flujo sanguíneo cerebral se ha reducido. Los síntomas antes de tener la sensación de mareo o sufrir un desmayo puede ser náuseas, sudor, visión borrosa, hormigueo en la zona de los labios o los dedos, dolor por la zona del tórax o palpitaciones. Aunque muchas veces la víctima se desmaya sin estos síntomas.
Si alguien se desmayara, hay que asegurarse que las vías respiratorias están despejadas para que respire sin problemas y debe permanecer acostada entre 10 y 15 minutos. Pese a que la mayoría de la gente se recupera y no hay motivos para preocuparse, a veces puede ser una señal de un problema serio.
Tras sufrir un mareo o un desmayo
Tras sufrir un síncope, como no se pierde el conocimiento durante un largo período a no ser que se vean alteradas las funciones cerebrales, por lo general, la víctima tiene las extremidades frías, el pulso débil y la respiración superficial. Si la persona se recupera favorablemente y transcurrido un tiempo no siente molestias, se recomienda reposo y evitar la conducción y el uso de maquinaria hasta que se determine y trate la causa del desmayo.
En el caso de continuar con estos síntomas, en el hospital el médico le medirá las constantes vitales, la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Otras pruebas que le pueden realizar es un examen neurológico para descartar un derrame cerebral y análisis de sangre para descartar que algunos niveles como el sodio, potasio o el hierro estén bajos.