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La manera en la que se prepara la carne de pollo influye en la salud.
Según los investigadores de de la Northwestern Medicine and Cornell University consumir dos raciones de carne roja, carne procesada o pollo semanalmente (entre un 3% y un 7% superior) se relaciona con el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Aunque los propios autores aseguran que no cuentan con suficientes pruebas para emitir una recomendación al respecto, el resultado es que hay un aumento del 4% de riesgo cardiovascular relacionado con el pollo.
El investigador principal, Victor Zhong, aclara que no se trata de la carne del ave, sino en la manera de la preparación.
Se trata del pollo frito o rebozado que cuando no se cocina con aceites vegetales de calidad como el de oliva, contiene las grasas ‘trans’ que son tan nocivas para la salud, por lo que no conviene abusar del pollo frito.
Según el estudio consumir dos raciones semanales de carne roja o procesada (sin contar la de pollo) aumentarían un 3% las posibilidades de morir prematuramente por cualquier causa.
Los investigadores recomiendan el consumo de pescado, marisco y las fuentes de proteína vegetal como las nueces y las legumbres.
El consumo de carne ha generado una gran polémica desde que hace cinco años la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertara del potencial cancerígeno de la carne roja y procesada.
El estudio apuntaba que por cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumentaba el riesgo de cáncer colorrectal en aproximadamente un 18%.
