Según el último estudio de la Unión Vegetariana Internacional hay más de 600 millones de vegetarianos en el mundo a día de hoy. La preocupación por las carencias nutricionales que pueden venir derivadas de este tipo de alimentación ha ocupado gran cantidad de titulares alarmando de las consecuencias negativas que pueden venir.
En 2016, la Sociedad Alemana de Nutrición llegó a confirmar que, para niños, mujeres embarazadas o lactantes y adolescentes, se desaconseja seguir dietas veganas, algo que ha sido respaldado por una investigación llevada a cabo hace dos años.
Según una investigación realizada en Kenia entre 555 escolares demostró que aquellos que fueron alimentados con sopa que contenía carne cada día parecían tener una ventaja significativa superando a los demás niños en una prueba de razonamiento no verbal.
Este estudio abre interrogantes sobre si este efecto es real y si se aplicaría a adultos en países desarrollados.
De hecho, hay nutrientes como la creatina, carnosina, taurina, EPA y DHA omega-3, el hierro hemo y las vitaminas B12 y D3 que generalmente solo se encuentran naturalmente en alimentos derivados de productos animales, aunque puedan extraerse de fuentes no animales como algas, bacterias o líquenes, y agregado a suplementos.
Para todos los nutrientes anteriores, se ha demostrado que los vegetarianos y veganos presentan cantidades más bajas en sus cuerpos.
Según Taylor Wallace, científico experto en alimentos y CEO de Think Healthy Group: «El hecho de que se están popularizando las dietas basadas en plantas está teniendo algunas repercusiones reales«, y añade: «No es que lo basado en plantas sea inherentemente malo, pero no creo que estemos educando a la gente lo suficiente sobre los nutrientes que se derivan principalmente de los productos animales».
