¿Miente el Gobierno socialcomunista para salvar a Sánchez?: los muertos reales por coronavirus superan ya los 27.000

Coronavirus: por qué Portugal tiene un número de fallecidos 32 veces menor que España

Pedro Sánchez usa a los sanitarios como ‘carne de cañón’ al no dotarles de material: 33 profesionales muertos por COVID-19 y casi 27.000 contagiados

Coronavirus: por qué Portugal tiene un número de fallecidos 32 veces menor que España

Portugal y España comparten una frontera de 1.200 kilómetros.

Sin embargo, en estas semanas en las que el mundo lucha contra la pandemia de coronavirus las cosas se ven muy diferentes en uno y otro lado.

El caso portugués llama la atención por el bajo número de muertos que ha reportado por covid-19 en comparación con su vecino.

España, con una población de 47 millones de habitantes, había reportado hasta este 15 de abril más de 177.500 contagiados y 18.579 muertos, según cifras de la Universidad Johns Hopkins de EE.UU. Es decir, 38,64 muertos por cada 100.000 habitantes.

En Portugal, con algo más de 10 millones de habitantes, se registraba el mismo día poco más de 18.000 casos confirmados y 567 muertos (5,51 por cada 100.000 habitantes).

¿Cómo se explica esta enorme diferencia entre dos países vecinos y con una importante relación transfronteriza?

Anticipación

Para el profesor Alexandre Abrantes, subdirector de la Escuela Nacional de Salud Pública de Portugal, hay varios factores que lo explican.

Para empezar, en esta crisis Portugal tuvo la gran ventaja del tiempo. Como ocurrió también en Grecia, el coronavirus llegó al país luso más tarde que a España e Italia.

El primer caso se confirmó el 2 de marzo. Para entonces, en España se había reportado unos 150 casos e Italia tenía un recuento oficial de más de 2.000 contagiados y 52 muertos.

«Portugal tuvo tiempo de ver lo que sucedía en España y en Italia para actuar», le dice Abrantes a BBC Mundo.

El profesor cita como ejemplo que las escuelas y universidades en Portugal cerraron cuando aún no había ningún muerto atribuido a la pandemia, mientras que las medidas de confinamiento se adoptaron cuando había pocos casos y eso fue vital para que el virus se propagase de forma mucho más lenta decomo lo estaba haciendo en su vecino.

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«Portugal tuvo tiempo para reaccionar, aprendiendo de lo que estaba sucediendo sobre todo en España», coincide Joao Ramos, periodista de la radiotelevisión pública portuguesa (RTP).

«El gobierno portugués entendió qué estaba fallando en España y actuó con 15 días de ventaja en relación a lo que estaba sucediendo en España, porque la pandemia aún no había llegado con fuerza aquí», dice Ramos, en conversación con BBC Mundo.

España declaró el estado de alarma -bajo el cual sólo se permite a la gente salir de sus casas en circunstancias especiales, para acudir al trabajo o comprar alimentos y medicinas- el 14 de marzo, cuando en el país había más de 6.200 casos y 191 muertos.

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Un día antes, el 13 de marzo, y con solo 112 casos confirmados y ningún fallecido, el gobierno de António Costa ya había declararado el estado de alerta en Portugal, anunciando el cierre de escuelas, bares y discotecas, y limitando el aforo de restaurantes.

Las medidas se endurecieron aún más cinco días después, con la declaración del estado de emergencia que impuso el cierre de todos los comercios no esenciales y el confinamiento general de la población.

Para ese momento había en Portugal 642 casos confirmados y dos víctimas mortales.

«Eso fue decisivo, la acción del gobierno portugués a tiempo fue muy importante para que la pandemia no creciese como lo hizo en España e Italia», dice Ramos.

Colaboración ciudadana

Para Abrantes, otro factor fundamental propició una «transmisión del virus más lenta» fue que «los portugueses aceptaron las decisiones» del gobierno.

Es más, «los portugueses decidieron quedarse en casa incluso antes de que el confinamiento fuera obligatorio», destaca el profesor de la Escuela de Salud Pública.

El compromiso de los portugueses es palpable en Oporto, la segunda ciudad del país y la que concentra el mayor número de casos.

El hecho de que sea Oporto y la región norte y no la capital, Lisboa, el foco del coronavirus en Portugal se explica por la diferente naturaleza económica de ambas zonas, explica Abrantes.

El área de Oporto es más industrial. De hecho, el primer caso en Portugal fue detectado en un paciente que regresó hasta allí desde el norte de Italia, donde había asistido a una feria de zapatos.

Lisboa, sin embargo, está más dirigida a los servicios, en particular al turismo, y al estar en temporada baja, el número de interacciones era mucho menor, explica el profesor.

Oporto es la ciudad en la que vive y trabaja Joao Ramos, quien dice estar impresionado al «no ver absolutamente a nadie en la calle».

«Los portugueses entendieron que solo podríamos vencer esta pandemia quedándose desde el primer momento en casa», dice.

«Cuando vamos al supermercado solo entra un número muy reducido de personas y no hay ningún contacto entre personas en el interior de las tiendas».

Cuenta que en los primeros días de las medidas restrictivas, «a veces había que esperar entre una y dos horas para entrar, pero las personas lo entendían y ese respeto por las normas fue fundamental porque estábamos viendo lo que estaba sucediendo aquí al lado».

LAS TRAMPAS DEL GOBIERNO SÁNCHEZ

Y si los ciudadanos portugueses se están mostrando respetuosos, la clase política lusa no se está quedando atrás.

Todo indica que las cifras oficiales no reflejan en toda su crudeza la tragedia y que se está manipulando el recuento oficial de víctimas del coronavirus en España.

De la misma forma que no se muestran cadáveres, se intenta que todo se reduzca a curvas y estadísticas y las televisiones, medios y tertulianos de la ‘Brunete Pedrete‘ sólo ponen el acento en el infantil guateque de los balcones y ocultan el dolor de la población, desde el Gobierno socialcomunista se obvian miles de muertos.

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Los rumores han sido insistentes y ahora, por fin, llega lo que parece la confirmación estadística.

Según una estimación muy precisa realizada por Inverence, empresa española especializada en bigdata, los fallecidos por coronavirus hasta este 14 de abril de 2020 son 27.500 y no los 18.056 muertos registrados en la contabilidad oficial.

De acuerdo con el cálculo de Inverence,  Ministerio de Sanidad está escamoteando a la opinión pública un 50% de los fallecidos.

No sólo seriamos el país del Planeta Tierra con más muertos por millón de habitantes, sino que lo seriamos por una considerable ventaja.

EL GRITO DE LOS SANITARIOS

El gobierno de Pedro Sánchez ha enviado a los profesionales sanitarios a combatir la crisis del coronavirus. Sin embargo, no le ha ofrecido las armas para protegerse durante el incansable esfuerzo por salvar vidas.

La falta de presión, improvisación y una pésima gestión ha dejado indefenso a uno de los pirales fundamentales para ganar la batalla al COVID-19. La ‘peste china’ no tiene piedad y ya son 33 los profesionales sanitarios que han perdido la vida para salvar la de otros.

El enfado es monumental entre los profesionales sanitarios que diariamente improvisan con bolsas de basura o con chubasqueros el material sanitario que el gobierno del PSOE y Podemos está siendo incapaz de conseguir. El número de contagios entre compañeros no cesa de crecer y hacen que cada día se levanten con el miedo tatuado en la piel.

Hasta la fecha, casi 27.000 profesionales sanitarios están contagiados por la enfermedad, lo que pone en peligro su vida y les resta toda posibilidad momentánea de seguir ayudando en los hospitales.

El Sindicato de Enfermería Satse que afirma con rotundidad que estas muertes y contagios podían haberse evitado de no estar siendo enviados al campo de batalla desnudos ante el COVID-19.

Fernando Simón junto con el Ministerio de Sanidad, liderado por Salvador Illa, están intentando maquillar los alarmantes datos. El epidemiólogo ha dicho que «la gravedad del coronavirus COVID-19 entre el personal sanitario ha sido menor que en la población general, aunque ha habido fallecidos».

Una especie de consuelo que no termina de calmar a los profesionales, ni a sus familiares.

A pesar de las denuncias de los sindicatos médicos, de enfermería y farmacéuticos desde febrero, todavía no se ha hecho un seguimiento ni un estudio desde el Gobierno de la evolución de la infección del COVID-19 entre los sanitarios.

Simón simplemente se ha limitado a adelantar que «está preparando un documento sobre el impacto que ha tenido el virus entre los profesionales sanitarios, para valorar en detalle cómo ha sido su evolución», sin dar más detalles.

Para Satse no hay excusas que valgan.

El Sindicato de Enfermería señala que todavía están colapsados y trabajando sin el material de protección después de un mes.

Los sanitarios se preguntan: si ya llegaron hace dos semanas las mascarillas FFP2, los test, y los EPI ¿por qué siguen aumentando las muertes y los contagios? Porque no es cierto la información gubernamental.

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