En la gestión de esta crisis sanitaria se han cometido muchos errores. Uno de los mayores fracasos del Gobierno ha sido la gestión del mando único por parte de Sanidad, que se ha encargado de centralizar las compras de material sanitario para hacer frente a la pandemia.
Desde que el Ejecutivo declarara el estado de alarma, el pasado 14 de marzo, la compra de material sanitario a China ha sido protagonista de diversas polémicas. Primero fueron los 640.000 test rápidos para detectar el virus que no resultaban fiables. Se trataban de pruebas con una sensibilidad del 30% cuando debían superar el 80% para ser efectivas. Después llegaron las 350.000 mascarillas defectuosas que han dejado a más de un millar de sanitarios en aislamiento. Y ahora llegan los hisopos para toma de muestras biológicas a una empresa sin empelados contratados.
El Ministerio de Sanidad ha adjudicado un contrato de 4,2 millones a un intermediario farmacéutico para proporcionar 700.000 bastoncillos. La empresa malagueña Value&Bro registró unas pérdidas de 318 euros el último año que declaró sus cuentas (2018), según el Registro Mercantil. En su último ejercicio contable disponible, 2018, facturó solo 4.300 euros. Su objeto social es «la actividad propia de los profesionales de la economía y la auditoría» y los orígenes se remontan a 2013 con 4.000 euros de capital social, su objeto era la gestión de concursos de acreedores. Al frente de la misma está una abogada, Eva Paola Martínez Ledesma, y la mercantil se denominó hasta el 23 de mayo de 2019 Administración Concursal.
Es llamativo cómo un país recurre a empresas tan pequeñas a la hora de realizar encargos de este tipo y de gran responsabilidad. Empresas pequeñas, irrelevantes y con poca especialización. Mientras que en España hay empresas con gran experiencia y relevancia para hacer este tipo de compras.
Esta misma semana, Sanidad firmó una compra con Interpharma, una empresa de productos cosméticos como lociones anti piojos para la importación de 650.000 test por 17 millones de euros.
