El mundo sigue mirando hacia España.
Todos los países terminarán tarde o temprano viéndose afectados por la pandemia, pero muy pocos de la manera como se ha visto en el territorio español.
Es que además de tener a Salvador Illa y a Fernando Simón como máximos responsables de la gestión sanitaria, contamos con Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias como responsables políticos.
Pero no se trata de una simple opinión, los expertos desde otras latitudes no salen del asombro por la gestión del Gobierno de coalición, como lo ha manifestado Luis Villa, un español que se desempeña como investigador de Salud Pública en el Middlemore Hospital de Auckland, Nueva Zelanda.
El asturiano concedió una entrevista a El Mundo y comparó la situación del país donde trabaja con la de España, y es que en el país en el que trabaja ya no se registran casos de COVID-19 y apenas han muerto 21 personas por la contagiosa enfermedad.
«La situación en España es terrible«, opina ante la pregunta de la periodista Cristina G. Lucio, y explica,»hay que decir que al principio de la epidemia se desconocía casi todo sobre el virus y había muchas dudas»
«A menudo se critica a España por haber reaccionado tarde, pero creo que le hubiera pasado lo mismo a cualquiera que estuviera en su misma situación en ese momento».
Sin embargo, destacó que la crítica situación en la que han estado trabajando los sanitarios españoles, algo que desde Auckland parece incomprensible.
«El tema de la desprotección de los sanitarios o de la falta de test de diagnóstico que se ha producido es inaceptable. Es absolutamente vergonzoso igualmente lo que se les está pagando a muchos médicos que están en primera línea. Se habla de héroes, cuando no debería ser así. Es fundamental garantizar la seguridad de los sanitarios».
Y no lo dice cualquiera, el epidemiólogo trabajó durante 15 años en Médicos sin Fronteras (MSF), y también en la Organización Mundial de la Salud (OMS), de allí su firme posición en que la ciencia debe reinar y no la política.
En este sentido, describe que en Nueva Zelanda se tomaron las decisiones rápidamente, destacando el cierre de fronteras y el confinamiento como reacciones inmediatas.
«Cuando se detectaron los primeros casos, se produjo un estricto control de fronteras y enseguida se empezó con el confinamiento. También es verdad que una ventaja fue que aquí la epidemia llegó más tarde».
Y en ese sentido señala de nuevo hacia España: «Si tuviera los mismos números, en España habría 20.000 muertos menos«.
«En Nueva Zelanda, la política se ha puesto al servicio de la ciencia, y eso ha sido fundamental. Ardern ha seguido las recomendaciones del grupo de expertos que la asesora y, aunque también ha recibido muchas presiones del sector económico, ha antepuesto las medidas de salud. Es la tercera gran crisis que supera en su mandato, y creo que mantiene una gran credibilidad. Otro de sus fuertes es que es muy buena comunicadora», expresó de forma contundente.
Una realidad que dista mucho de lo que aún se vive en España, incluso en el tema de los cambios de fase.
