Entre las vacaciones de verano y la molicie a la que tan proclive somos casi todos, es probable que al subirte a la báscula hayan subido unos kilos de más.
Bollos, galletas, fritos y demás alimentos nada saludables para el organismo, sumados a la poca actividad física.
Con la vuelta al trabajo, comer sano se convierte en una de las metas a seguir.
Así como evitar las grasas y azúcares para conseguir rebajar el peso.
Se trata de evitar darse atracones, comer menos cantidad pero con mayor frecuencia.
Los motivos: «Entre otros puntos reduce la ansiedad, se llega con menos hambre a la siguiente comida, y después puede ayudarnos a adelgazar, ya que el balance energético, al comer lo justo y necesario y no de más por la ansiedad, acabará siendo positivo».
Eso explica la doctora Katherine García, miembro del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Disfruta de la comida y no tengas prisa
La clave para lograr el peso saludable, tal y como apuntan los expertos de la Universidad de Harvard, es comer con moderación de cada día.
Para ello, hay que evitar los alimentos como el azúcar y la sal.
No solo hay que reducir la cantidad que echamos, especialmente hay estar muy atentos a las cantidades que llevan los alimentos ultraprocesados comprados.
Otra de las recomendaciones es disfrutar de la comida, tratando de evitar el móvil, la televisión, entre otras distracciones.
A veces simplemente hay que escuchar a nuestro cuerpo.
Podemos creer que tenemos hambre y en realidad, tenemos sed.
Por ello, los expertos recomiendan beber un vaso de agua antes de comer cualquier alimento que no sea saludable.