El café es la bebida más consumida a nivel mundial por las mañanas. Parece casi un imprescindible para cargar las pilas e iniciar la jornada laboral.
Sin embargo, su consumo excesivo puede perjudicar la salud. El problema de ingerir café -incluso si es descafeinado- con el estómago vacío se dispara la producción de ácidos debido al sabor amargo de este, lo que puede ocasionar molestas leves pero problemas más grandes a largo plazo.
Recurrimos a la cafeína por la mañana ya que es un estimulante que ayuda a mantenernos con energía y despejados, pero esta función ya la realiza el cuerpo de forma natural produciendo de forma natural cortisol que tiene como fin regular la energía y mantenernos alerta.
Esto supone que si tomamos un estimulante extra como la cafeína puede ocasionar consecuencias nocivas para el cuerpo. La glándula suprarrenal -la responsable de la fabricación del cortisol- al percatarse de que hay un exceso de estímulo, la reducirá porque no lo considerará necesario.
Otro punto negativo es que se elevan los niveles de azúcar en sangre, lo que al mismo tiempo dispara la producción de insulina y causa que se desarrolle resistencia a esta.
Ocasiona problemas de sueño
Además, el exceso de cortisol nos lleva a cobrar peso, ocasiona problemas de sueño y involucra la respuesta inmunológica.
Según los científicos de la Administración de Alimentos y Medicamentos norteamericana (FDA), la cafeína puede formar parte de una dieta saludable para la gran mayoría de la gente. Pero, en exceso, la cafeína puede poner en peligro su salud.
A partir de cierta cantidad de cafeína, el efecto negativo puede producirse, y suele estar relacionado con una sobreexcitación del sistema nervioso, lo que se manifiesta en ansiedad, nerviosismo, o insomnio.
Para la mayor parte de los adultos sanos, consumir hasta 400 miligramos de cafeína al día parece seguro, según indica Román; lo que equivaldría a unas 4 tazas de café de filtro.
Por otro lado, un estudio reciente ha demostrado que beber té verde y café con moderación puede ser beneficioso para la salud. De hecho, beber mucho té verde y café está relacionado con un menor riesgo de morir por cualquier causa entre las personas con diabetes tipo 2, sugiere una investigación publicada en la revista en línea ‘BMJ Open Diabetes Research & Care’.
Concretamente, beber 4 o más tazas diarias de té verde y 2 o más de café se asoció con un 63% menos de riesgo de muerte durante un período de alrededor de 5 años, muestran los hallazgos.
