Tiene más cara que espalda Fernando Simón.
El ‘experto‘ que nunca da una y hasta se sumó a los que hace un años instaban a la gente a aglomerarse en el aquelarre de las manifestaciones feministas, echa ahora la culpa de la tercera ola de coronavirus a los ciudadanos españoles.
No debería ser necesario recordar a la gente que el 31 de enero de 2020, cuando se detectó en España el primer caso de contagio por coronavirus, un turista alemán en la Gomera, Simón se puso estupendo y afirmó rotundo: «No hay que alarmarse, quizá haya aquí algún caso».
Pues hemos tenidos millones y más de 80.000 muertos.
Tampoco deberíamos evocar que en febrero de 2021, el doctor que parecía este jueves haber dormido en el coche, no veía necesarias las mascarillas. Y que en abril ya las recomendaba, aunque no obligaba.
Opinión que volvió a cambiar en mayo, cuando ya eran obligatorias.
Y por si fuera poco, el pasado 15 de octubre, Simón vaticinaba muy alegre un descenso de la curva «en los próximos días», una tendencia que no solo no se confirmó, sino que varió drásticamente al día siguiente: el 16 de octubre nuestro país batió su récord de contagios en toda la pandemia con 15.186 nuevos casos.
Pues este tipo, que en ocasiones da la impresión de acudir ‘alegre‘ a las ruedas de prensa pero que ejerce como director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), tuvo la cara este 14 de enero de 2021 de descargar en la sufriente ciudadanía toda la responsabilidad en el aumento de los contagios que está viviendo España en los últimos días.
En su opinión, la causa es, por encima de todo y casi en exclusiva, de su comportamiento durante la Navidad.
«Los hemos pasado, quizá, mejor de lo que debíamos haberlo hecho en Navidades. Pues ahora tenemos que asumir lo que va a suceder».
«Sí, vamos a pasar unas semanas duras. No sé cuándo va a llegar el pico de esta nueva fase. Sí que es posible que no estemos muy lejos de él. Dependerá de si las medidas de las comunidades empiezan a tener efecto. De si nosotros, todos, una vez pasadas las festividades, hemos retomado las buenas costumbres y hemos vuelto de nuevo a ser conscientes de la importancia que tiene nuestra labor en el control de la epidemia. Si eso es así, es posible que al principio de la semana que viene estemos viendo un descenso».
Salvar la Navidad le está saliendo muy caro a España.
Este lunes, el Ministerio de Sanidad notificó 61.422 nuevos casos, la cifra más alta en un lunes desde el inicio de la pandemia, aunque la infranotificación en la primera ola desvirtúa la comparación.
Además, sumó 401 fallecimientos. La incidencia acumulada a 14 días está en 435,62 casos por 100.000 habitantes.
Y seguirá creciendo en los próximos días porque «la incidencia a siete días está muy encima de la mitad», indicó Simón. La ocupación de las UCI por pacientes de covid-19 ya es del 26,13%, con dos comunidades por encima del 40% y otras tres por encima del 35%.
A principios de diciembre, Sanidad y las comunidades autónomas acordaron rebajar las restricciones durante esas fechas.
Aunque unos días después el empeoramiento de la situación les hizo recular (solo un poco), en general, las autoridades no se atrevieron a sacrificar las reuniones familiares para evitar un inicio de 2021 peor de lo que ya se esperaba. Eligieron abrir la mano, y las consecuencias las estamos viendo.
Hay que tener eso en cuenta a la hora de analizar el aumento de los contagios, que obviamente tiene su origen en los encuentros familiares y sociales de las últimas semanas.
Pero tampoco hay que obviar el mensaje que las autoridades, nacionales y autonómicas, lanzaron a sus ciudadanos con sus medidas. Puede que Simón, que dirige el equipo de expertos en salud pública que guía las actuaciones y recomendaciones del Ministerio de Sanidad, no estuviera de acuerdo con esas medidas. Si es así, no lo dijo en la rueda de prensa de este lunes, en la que señaló a los ciudadanos como los responsables.
«Yo tiendo a ser, quizás, más optimista de lo que debiera. Y creo que la población va a aplicar correctamente las medidas en estos días, va a ser consciente de lo que ha pasado en Navidades y de lo que ahora tenemos que hacer para dar un paso atrás en la transmisión por culpa de lo que hicimos en las Navidades».
«No estoy juzgando. Obviamente eran festividades y todo el mundo tenía necesidad de un periodo de relajación, pero eso tiene sus consecuencias».
El director del CCAES cree que la variante británica, de la que se han detectado unos 70 casos, está teniendo un impacto marginal en España.
Por ese motivo, descartó que esté influyendo de manera significativa en la actual evolución de la pandemia.
«No podemos pensar que esto es un problema asociado a una variante del virus. Puede tener un pequeño impacto, pero de ninguna manera podemos achacarlo a una variante del virus. Es un problema del comportamiento que hemos tenido estos días».
«El problema no es la cepa británica, es nuestro comportamiento».
«Las medidas de control son las mismas. Si la cepa es más transmisible, es verdad que hay que aplicarlos un poco mejor. Y en ningún momento pretender que la evolución de la epidemia en España, si cambia, cambia por culpa de esa cepa. Si cambia, cambiará por culpa de nuestro comportamiento y las medidas de control que todos conocemos y sabemos aplicar».