La relación entre paciente y psicólogo puede determinar el éxito o el fracaso de un tratamiento psicológico

La inteligencia artificial será determinante para encontrar la terapia perfecta

La inteligencia artificial será determinante para encontrar la terapia perfecta

Cuando ir al psicólogo no funciona:¿todas las terapias son efectivas?.

¿Por qué no funciona la terapia?

Recurrir a terapia psicológica es especialmente frecuente. Tal como se refleja en el informe científico sobre salud mental publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante el primer año de la pandemia se observó un incremento significativo de los problemas de salud mental en todo el mundo: los casos de depresión han aumentado un 27,6 % y los de ansiedad, un 25,6 %.

Una encuesta de la Asociación Americana de Psicología (APA), hecha a profesionales de Estados Unidos y publicada en 2021, muestra que dicho incremento tiene un reflejo directo en el número de personas que acuden a terapia.

Muchos de estos profesionales (hasta un 96 %) recurrieron a la asistencia en línea, un sistema que ha proliferado durante 2020 y 2021 y que se percibe positivamente. Sin embargo, también se refleja el agotamiento derivado del hecho de tener más pacientes: casi la mitad de los profesionales indicaban sentirse exhaustos, y tres de cada diez reconocían estar atendiendo a más pacientes desde que comenzó la pandemia.

Más allá de que el aumento de pacientes o el agotamiento de los profesionales pueda influir en el éxito de un tratamiento, Pablo Vallejo, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, apunta seis factores que hay que tener en cuenta:

La conexión terapéutica entre un paciente y su psicólogo «parece ser más importante de lo que se pensaba», comenta Vallejo. «Puede que un simple prejuicio o el sexo del terapeuta —aunque esto sea más relevante en la sexología clínica— sea una barrera infranqueable en algún momento. Es uno de los motivos por los que la terapia puede no funcionar, pero no es el único», afirma el experto.

No todas las terapias psicológicas tienen el mismo nivel de evidencia empírica ni todas las problemáticas se abordan con la misma eficacia desde las distintas terapias. «La terapia sistémica, por ejemplo, es la que mejores resultados muestra en el tratamiento de la anorexia, pero no hay ningún indicio de éxito para tratar la disfunción eréctil. Algo similar pasaría con los tratamientos cognitivo-conductuales, que son muy efectivos para algunas fobias, pero no tienen ninguna eficacia para la fobia a la sangre o las inyecciones», explica Vallejo.

El hecho de que el psicólogo acierte con la evaluación del paciente es otro de los factores decisivos a la hora de que una terapia funcione. «Hacer, por ejemplo, una terapia psicológica para un problema de origen orgánico va a implicar no solo que la terapia no aporte nada (salvo gastar tiempo y dinero), sino que se retrase el tratamiento médico pertinente», señala el profesor de la UOC.

Otra de las causas que inciden en el éxito de una terapia es, como explica Pablo Vallejo, que el terapeuta «esté casado con un enfoque y lo aplique de forma exclusiva, independientemente de lo que la evidencia empírica sugiera». El doctor Gerald P. Koocher, profesor y decano de la Escuela de Estudios de la Salud del Simmons College de Boston, incide también en este punto en su artículo «Three Myths About Empirically Validated Therapies»: indica que el terapeuta profesional debe tener la mente abierta a distintos tratamientos y tiene que estar dispuesto a actualizarse.

La falta de actualización del profesional es otro factor que hay que tener en cuenta. Un escenario de potencial fracaso es que la terapia, aun siendo la adecuada para el paciente, no se aplique correctamente porque el terapeuta no está al día y ha habido «avances que habrían reducido los tiempos de terapia o mejorado sus resultados».
Aunque el terapeuta sea adecuado, «puede que la terapia no sea la correcta porque el psicólogo, por muy bueno que sea, también se equivoca», afirma Vallejo.

La inteligencia artificial, el próximo paso en la terapia psicológica

Desde que existe la psicología como disciplina, ha habido distintas generaciones de terapias, o —como las define Vallejo— «momentos principales en la terapia psicológica». Las más antiguas son las psicodinámicas o psicoanalíticas. Algo más tarde surgen las evoluciones del psicoanálisis, así como las llamadas terapias de segunda generación, entre las que destacan la terapia cognitivo-conductual, la sistémica o la Gestalt.

Ya llegando al presente, la tercera generación está dominada por las terapias conductuales-contextuales, en las que predominan la terapia de aceptación y compromiso (ACT) o la atención plena (mindfulness). Por último, están las terapias de cuarta generación, enfocadas en los procesos centrales, es decir, en «intentar encontrar el origen del malestar y actuar sobre él con toda la artillería de la que disponemos los psicólogos», indica el profesor.

En paralelo, las terapias anteriores, como las de segunda generación, «también han ido evolucionando, por lo que se postulan como alternativas más modernas y con mayor evidencia empírica».

El terapeuta debe elegir entre todas estas herramientas. «Hay terapias mejores y peores para distintos procesos», comenta Pablo Vallejo. «Empezamos a personalizar el tratamiento en función de las características biopsicosociales de nuestros pacientes», añade. En este contexto, el experto señala que «muchos de estos avances nos llegarán gracias a la inteligencia artificial», como nueva herramienta que se incorporará a las terapias. Un ejemplo reciente es el ensayo pionero que la UOC y la UB están llevando a cabo, con la aplicación de realidad virtual en las terapias de un conjunto de jóvenes con depresión.

Qué hacer cuando la terapia no funciona

«Existe un dicho popular que dice que, cuando un médico lo hace mal, es culpa de ese médico en particular, que no sabe nada; no obstante, cuando es un psicólogo quien se equivoca, es la psicología en general la que no sirve», comenta Vallejo. Sin embargo, la visibilización de los problemas mentales ha ayudado a desterrar este mito. «La idea de que el psicólogo es solo para los locos suena ya desfasada, y casi todos conocemos a algún allegado que ha ido al psicólogo», afirma el experto.

Si la terapia psicológica es cada vez más común, ¿cómo actuar si el tratamiento no nos parece el adecuado? «Hay múltiples motivos por los que la terapia puede salir mal», explica el profesor. «Ningún profesional tiene éxito al cien por cien. Quizá lo mejor que puede hacer el paciente es identificar qué factores de la terapia no le han gustado y buscar un nuevo profesional que ponga más énfasis en esos aspectos», concluye Vallejo.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído