Carlos González Herrada: "Aunque no se debe olvidar que un tatuaje supone una agresión externa a la piel, no existen zonas prohibidas"
Parece una práctica dolorosa pero ahí está. Tatuarse el pene no es una moda actual de quienes se obsesionan con pintar su cuerpo sino que se remonta a la época del Paleolítico.
Javier Angulo, jefe de Urología del Hospital Universitario de Getafe:
«Los hallazgos arqueológicos del paleolítico (objetos de arte mobiliar cotidiano o decorativo) hacen pensar que el engalamiento fálico a base de marcas, perforaciones y tatuajes fue una práctica posible desde hace más de 10.000 años»
Según recoge Elmundo.es en un artículo de Laura Tardón, desde entonces el tatuaje se ha ido extendiendo a lo largo de la geografía mundial y de los tiempos. Por ejemplo, los tatuajes tribales maoríes de Nueva Zelanda identificaban a cada individuo en su grupo:
«Creían que podían atrapar la energía cósmica en sus tatuajes. Las mujeres se grababan los dedos de las manos, las orejas e incluso la vulva. Los hombres también se hacían dibujos en todo el cuerpo, incluida la nariz, los párpados, la lengua y el cuero cabelludo»
Carlos González Herrada, dermatólogo del Hospital Universitario de Getafe:
«Aunque no se debe olvidar que un tatuaje supone una agresión externa a la piel, no existen zonas ‘prohibidas’ o en las que no se recomiende tatuar siempre y cuando, insiste, se realice en las condiciones higiénicas adecuadas y utilizando productos no tóxicos»
La realización de tatuajes en las zonas genitales, según este especialista, entraña los mismos riesgos que en otras partes del cuerpo: posible transmisión de determinadas enfermedades infecciosas en caso de no hacerse bajo las condiciones adecuadas de esterilidad; alergias, reacciones inflamatorias, eccemas… Pero no hay mayores riesgos.
Eso sí, la cicatrización de la piel es mejor que si se realiza en cualquier otra parte del cuerpo. Sergio Vañó-Galván, dermatólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid:
«Esta zona está muy vascularizada y esto facilita una mejor cicatrización»
«La piel de la base del pene es igual que la del resto del cuerpo, por lo que el láser no tiene por qué presentar complicaciones en esta zona»
NO ES LA ZONA MÁS SOLICITADA
Los tatuadores aseguran que los genitales no son la zona más solicitada para hacer un tatuaje pero sí tiene su público. David Barragán es tatuador en Estudios Z (Madrid):
«Un hombre de 30 años vino hace algún tiempo porque quería uno en el pene. Tenía prácticamente el cuerpo entero cubierto de dibujos. Probablemente le animaba su afición por los tatuajes y algún motivo sexual»
Y… claro, teniendo en cuenta que el miembro viril ha de estar en erección, un requisito para proceder a esta práctica es tomarse viagra:
«Igual que no se podría escribir sobre una tela arrugada, el tatuaje sin erección no daría buenos resultados, aunque también se puede hacer»
