La patata transgénica aprobada, conocida como Amflora, está modificada genéticamente para producir una mayor proporción de amilopectina, un almidón que se usa en procesos industriales, como el de la fabricación de papel
Es lo que tiene escribir estas cosas después de comer, que veo a esta seductora patata caliente fabricada por un laboratorio químico ligado al nazismo y lo siento mucho pero tratándose de lo que se trata me dan náuseas. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) realiza análisis periódicos, que luego publica unos años después, sobre si se cumple la ley de etiquetado de transgénicos.
Los datos más recientes son de 2005 y 2006. Los trabajadores de la AESAN han encontrado algunos productos que incumplían la legislación, por ejemplo, por sus trazas de transgénicos mayor al 0.9%, y muchos por debajo de este umbral. Entre estos supuestos alimentos se encuentran potitos para bebés, galletas o leches infantiles. Más del 15% de los productos que analizaron contenían soja o maíz estaban contaminados por preparados biotecnológicos sospechosos, sin que esa información figure en la etiqueta, claro, algo que denuncian Amigos de la Tierra en su informe Nuestra tierra contaminada.
Viene a cuento de que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, ha autorizado la semana pasada el cultivo y comercialización de la patata transgénica Amflora. El portugués ha respondido que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas en inglés) ha certificado que no hay riesgo para la salud humana ni para el medio ambiente.
RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS
La alemana Rebecca Harms, copresidenta de los Verdes en el Parlamento Europeo, ha criticado al Ejecutivo comunitario por permitir el cultivo y comercialización de la patata Amflora, desarrollada por la empresa alemana BASF, al considerar, entre otras alegaciones, que su consumo puede provocar resistencia a los antibióticos. Pero es que según la Agencia de Seguridad Alimentaria, el 15% de los alimentos de soja o maíz están contaminados por transgénicos. Por tanto en los supermercados podemos encontrar tal proporción de presuntos alimentos que contienen maíz o soja contaminados por sustancias transgénicas repito, sin que figure en la etiqueta, según datos de la AESAN.
La organización ecologista señala que el único organismo modificado genéticamente cuyo cultivo estaba autorizado hasta esta semana en la Unión Europea era el maíz transgénico MON 810, del que España es el único país que lo cultiva a gran escala. No obstante, estaba permitida también la importación de varios tipos de maíz y soja transgénicos que han contaminado leches y papillas infantiles, galletas, bollería o platos preparados.
FABRICADA CON ALMIDÓN
Amigos de la Tierra mantiene que la propia multinacional que comercializará esta patata, BASF, asegura en su solicitud de autorización:
«No se puede descartar que esta patata sea usada o termine apareciendo en la alimentación»
La patata transgénica aprobada, conocida como Amflora, está modificada genéticamente para producir una mayor proporción de amilopectina, un almidón que se usa en procesos industriales, como el de la fabricación de papel. Como han denunciado varias organizaciones de la sociedad civil la presencia en esta patata de genes de resistencia a antibióticos, práctica contra la que han advertido la Agencia Europea del Medicamento o la Organización Mundial de la Salud, hace que la entrada de esta patata en la alimentación suponga un «grave riesgo sanitario».
Originalmente publicado en el blog Periodismo Comprometido de Miguel Jara.