Madrid. Menos del 5% de las palomas de la capital presentan patógenos dañinos para las personas, según Madrid Salud

Menos del 5% de las palomas urbanas que hay en la ciudad de Madrid, cuya población estimada es de unas 60.000, presentan patógenos que son potencialmente dañinos para la salud de las personas, según se desprende de un estudio realizado por Madrid Salud, entidad del Ayuntamiento de Madrid responsable de la salud pública en el municipio.

José María Cámara, un responsable del Departamento de Salud Ambiental de Madrid Salud, área que gestiona el problema de las plagas de animales, explicó a Servimedia que desde hace años tienen en marcha un programa para controlar las palomas con varias líneas de actuación, entre ellas la vigilancia sanitaria de estos animales.

Cámara explicó que en los últimos cinco años han analizado en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense cerca de mil palomas capturadas y que la prevalencia de patógenos potencialmente dañinos para los humanos, entre los que se han estudiado las bacterias «Chlamydophila psittaci», «Campylobacter jejuni» o la Salmonela, ha sido inferior al 5% en todos los casos.

Además, Cámara indicó que el riesgo de transmitir esos patógenos a las personas sólo existe si hay posibilidad de contacto con el animal. Por ello, considera que la colonia de palomas urbanas que hay en la ciudad no entraña en términos generales un riesgo para la salud pública de los madrileños.

No obstante, dijo que hay que tener en cuenta que son animales silvestres que no se vacunan ni desparasitan y que para evitar riesgos para las personas «hay que controlarlas» y, sobre todo, «el ciudadano tiene que tener muy claro una serie de cosas», como no alimentarlas, algo que está prohibido en la capital, para evitar que se aglomeren y se reproduzcan en mayor medida.

«Nosotros, por la experiencia nuestra de muchos años, estamos convencidos de que el problema de las palomas, en cuanto a que haya un número determinado y que suponga molestias o potenciales riesgos para los ciudadanos, empieza y acaba en el propio ciudadano», aseguró Cámara, en referencia a alimentar a este tipo de animales.

Por ello, una de las líneas de actuación del programa del Ayuntamiento para controlar las palomas es la relativa a la información y participación ciudadana. A juicio de Cámara, todas las medidas que pueda llevar a cabo el Consistorio serían «poco eficientes» sin la colaboración de los ciudadanos para que no las den de comer.

Otras líneas de actuación de este programa son la protección de edificios públicos y privados para evitar que las palomas aniden en ellos, algo que, dijo, es clave para evitar el posible contacto con las personas; y el programa de capturas en los puntos de la ciudad de mayor concentración de este tipo de animales.

Según Cámara, las zonas de mayor densidad de palomas urbanas están en la almendra central de la ciudad, sobre todo en las plazas, porque suele haber terrazas y fuentes, con lo que los animales encuentran comida y agua. Además, en estas zonas suele haber también personas mayores que las alimentan pese a estar prohibido.

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