La religiosidad hace más felices a quienes viven en circunstancias duras

Las personas religiosas que viven en sociedades con alto nivel de estrés son mayoría y más felices que los individuos no religiosos. Sin embargo, en comunidades pacíficas, la participación religiosa es menor y la gente es más feliz, tanto si son religiosos como si no lo son, según un estudio realizado por la Universidad de Illinois y publicado en la revista ‘Journal of Personality and Social Psychology’.

Este estudio analiza datos procedentes de ‘Gallup World Poll 2005-2009’, una encuesta realizada en más de 150 países que incluye preguntas sobre la afiliación religiosa, la satisfacción vital, el respeto, el respaldo social y los sentimientos negativos y positivos. Los investigadores analizaron también los datos electorales de Gallup para 2009 en Estados Unidos.

Este trabajo es el primero que analiza la religión y su relación con la felicidad a escala global, según explica el profesor emérito de Psicología de la Universidad de Illinois Ed Diener, líder de esta investigación y científico de la Organización Gallup.

Estudios anteriores, muchos de ellos centrados en Estados Unidos, sugieren que las personas religiosas tienden a ser más felices que las no religiosas, señala Diener. Sin embargo, apunta, los nuevos descubrimientos sugieren, sin embargo, que la religiosidad y la felicidad están estrechamente vinculadas a las características de la sociedad en la que las personas viven.

«Las circunstancias predicen la religiosidad», señala este investigador, para quien «circunstancias difíciles llevan con más fuerza a la gente a ser religiosa». «En sociedades religiosas y en circunstancias difíciles, la gente religiosa es más feliz que la no religiosa. Sin embargo, en sociedades no religiosas o más benébolas, donde mucha gente tiene sus necesidades cubiertas, la gente religiosa no es más feliz, todo el mundo es más feliz», asevera.

El sentimiento religioso parece disparar la felicidad y el bienestar en sociedades que fallan a la hora de proveer a sus miembros de comida, trabajo, cuidados médicos, seguridad y oportunidades en educación, han descubierto.

Las personas religiosas que viven en sociedades religiosas son más propensos a sentirse respetados, recibir más apoyo social experimentar más sentimientos positivos y menos negativos que los individuos que no son religiosos.

En sociedades seculares, donde en muchos casos son más ricas y tienen más apoyos sociales, las personas religiosas y las que no lo son experimentan mayores niveles de bienestar y sentimientos positivos. La gente religiosa que vive en países seculares reconoce tener más sentimientos negativos que los no religiosos.

Estas mismas tendencias se pueden observar entre los diferentes Estados de Estados Unidos, según estos investigadores, que han encontrado más personas religiosas en los Estados más pobres y con menos ayudas sociales, dice Diener. La religiosidad allí también parece disparar el bienestar y los sentimiento positivos, en comparación a sus vecinos no religiosos.

El 68 por ciento de los encuestados reconocieron ser religiosos. Las diferencias en religiosidad entre los diferentes Estados es bastante pronunciada, con Mississippi registrando el mayor porcentaje de personas religiosas (88%) y Vermont el nivel más bajo (44%).

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