Científicos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), Estados Unidos, descubrieron que un anticuerpo de una persona infectada de sida neutralizó el 98% de cepas de VIH, incluyendo a la mayoría de cepas resistentes a otros anticuerpos de la misma clase. La particular amplitud y potencia del anticuerpo, llamado N6, lo convierten en un atractivo candidato para un tratamiento o prevención de esta enfermedad, indicaron los investigadores. El trabajo fue publicado en la revista Inmunity.
Un anticuerpo es una proteína producida por el sistema inmunológico en respuesta a microorganismos patógenos como bacterias o virus. Los anticuerpos son responsables de identificar y destruir estos patógenos pegándose a ellos y neutralizando sus efectos biológicos en ellos mismos, o indicando a los glóbulos blancos que los destruyan.
El equipo liderado por Mark Connors, del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (NIAID), siguió la evolución del N6 en el tiempo para entender cómo este desarrolló su habilidad de neutralizar casi todas las cepas del VIH. Esta información ayudará significativamente al diseño de vacunas con anticuerpos altamente neutralizantes.
Los científicos indicaron que neutralizar anticuerpos contra el sida fue una empresa difícil por los cambios rápidos que efectúa el virus en sus proteínas superficiales para evitar el reconocimiento del sistema inmune. En el 2010, los científicos del Centro de Investigación de la Vacuna del NIAID descubrieron un anticuerpo llamado VRC01, capaz de evitar que hasta un 90% de cepas de sida infecten células humanas. Como el VRC01, el N6 bloquea la infección al adherirse y anular una parte de la envoltura del VIH llamada CD4 —encargada de que el virus se enganche y ataque a las células inmunes.
Los hallazgos del estudio demuestran que el N6 evolucionó a un modo único de adhesión que depende menos de un área variable de la envoltura del VIH y se enfoca más en regiones menos cambiantes entre las cepas del virus. Esto le permite al N6 evadir (o tolerar) cambios en dicha envoltura y unirse a estas partes más consistentes del virus, previniendo que el VIH se adhiera a las células inmunes de un huésped.
Los nuevos hallazgos sugieren que el N6 posee ventajas sobre el VRC01, que actualmente es evaluado como infusión intravenosa en pruebas clínicas para ver si puede prevenir la infección del sida en humanos. Debido a su potencia, el N6 puede ofrecer prevención y tratamiento más fuertes y durables, y los investigadores podrían administrarlo por la vía subcutánea (en la grasa bajo la piel, donde la velocidad de absorción es mantenida y lenta, lo que permite asegurar un efecto sostenido) antes que intravenosa.
Los resultados, por supuesto, solo han sido demostrados en pequeña escala y en el laboratorio, por lo que aun debemos permanecer cautos hasta que los resultados se den en casos humanos con valor estadístico.
Otros avances paralelos al mismo tiempo indican que la lucha contra el sida va en buen camino. El mes pasado en el Reino Unido, por ejemplo, un tratamiento ‘borró’ el sida de la sangre de un paciente. El tratamiento, sin embargo, se hallaba en una fase inicial y es muy pronto para dar resultados definitivo, indicaron los autores del estudio.